Si acaso existe un después.

[Jorge Toro]

Pálido, rígido y frío,
con singular atavío,
vi su cadáver metido
en un sepulcro mullido.

Y de aquel señor bravío,
de imponente poderío,
solo quedó un responsorio,
un ostentoso velorio,
formoles en su epitelio
y un bien costoso sepelio.

Qué diferente su tez
con semejante mudez
y con la boca serena,
por algodones rellena.

Ahora que es un difunto,
morboso, yo me pregunto,
- mirándolo a la distancia -
¿Dónde quedó su arrogancia,
dónde el estúpido orgullo
y aquel poderío suyo?

¡Vio que ni usted es eterno,
e igual le llegó el invierno,
y que no era diferente
a cualquier otro viviente!

¡Vio que también moriría
como todos cierto día,
y que tantas pertenencias
no sirvieron a las ciencias
para evitar que partiera
sin largas y sin espera!

Donde fuere que hoy esté,
- si acaso existe un después -
de nada le ha de valer
su terráqueo poder;

Y tampoco la riqueza
robada pieza por pieza
a los cuantiosos peones
que llenaron sus cajones
y sufrieron su avaricia,
su soberbia y su injusticia.

Si acaso - vuelvo a decir -
existiera un "donde ir",
y a rendir cuentas llamaran
o de pronto le juzgaran
por lo hecho en su travesía,
yo confiado esperaría
que castiguen su faena
con enérgica condena.

Que le lleven de inmediato,
ya sin pompa ni boato,
por los pies encadenado
al recinto designado…

Allá podrá conocer
al siniestro lucifer;
y... sabrá que hay algo eterno
la estadía en el infierno…

 

[Víctor]

La muerte mide con igual rasero a poderosos y a débiles. Saludos. Pienso que aquellos que abusan de su poder, de alguna manera reciben su castigo en vida, dentro de toda su opulencia los considero infelices. Como dice la canción. El dinero no es la vida, es tan solo vanidad. Saludos, Jorge.

 

[José Luis Blázquez]

Excelente poema, Jorge, cuyo contenido es tan veraz como reflexivo.

Un abrazo.

 

[Alba Rivero.]

Cuánta realidad encierran tus letras, Jorge! Un placer leerte, amigo. Abrazos.

 

[Jorge Toro]

La muerte mide con igual rasero a poderosos y a débiles. Saludos. Pienso que aquellos que abusan de su poder, de alguna manera reciben su castigo en vida, dentro de toda su opulencia los considero infelices. Como dice la canción. El dinero no es la vida, es tan solo vanidad. Saludos, Jorge.

Muchas gracias Victor por dejarme tu punto de vista.

Un abrazo.

 

[Jorge Toro]

Excelente poema, Jorge, cuyo contenido es tan veraz como reflexivo.

Un abrazo.

Muchas gracias por tus palabras, José Luis.

Un abrazo.

 

[Jorge Toro]

Cuánta realidad encierran tus letras, Jorge! Un placer leerte, amigo. Abrazos.

Muchas gracias Alba. El placer es verte en mis escritos.

Un abrazo.

 

[SANDRA BLANCO]

Pálido, rígido y frío,
con singular atavío,
vi su cadáver metido
en un sepulcro mullido.

Y de aquel señor bravío,
de imponente poderío,
solo quedó un responsorio,
un ostentoso velorio,
formoles en su epitelio
y un bien costoso sepelio.

Qué diferente su tez
con semejante mudez
y con la boca serena,
por algodones rellena.

Ahora que es un difunto,
morboso, yo me pregunto,
- mirándolo a la distancia -
¿Dónde quedó su arrogancia,
dónde el estúpido orgullo
y aquel poderío suyo?

¡Vio que ni usted es eterno,
e igual le llegó el invierno,
y que no era diferente
a cualquier otro viviente!

¡Vio que también moriría
como todos cierto día,
y que tantas pertenencias
no sirvieron a las ciencias
para evitar que partiera
sin largas y sin espera!

Donde fuere que hoy esté,
- si acaso existe un después -
de nada le ha de valer
su terráqueo poder;

Y tampoco la riqueza
robada pieza por pieza
a los cuantiosos peones
que llenaron sus cajones
y sufrieron su avaricia,
su soberbia y su injusticia.

Si acaso - vuelvo a decir -
existiera un "donde ir",
y a rendir cuentas llamaran
o de pronto le juzgaran
por lo hecho en su travesía,
yo confiado esperaría
que castiguen su faena
con enérgica condena.

Que le lleven de inmediato,
ya sin pompa ni boato,
por los pies encadenado
al recinto designado…

Allá podrá conocer
al siniestro lucifer;
y... sabrá que hay algo eterno
la estadía en el infierno…

Así es la muerte cuando nos lleva no mira condición social ni diferencia a nadie para ella todos somos iguales y de nada valen las riquezas ante su presencia,estupendos versos,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.

 

[Jorge Toro]

Así es la muerte cuando nos lleva no mira condición social ni diferencia a nadie para ella todos somos iguales y de nada valen las riquezas ante su presencia,estupendos versos,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.

Agradezco mucho tu opinión, Sandra. Dentro de la tumba todos somos iguales.

Un abrazo.

 

[María del Mar Ponce López]

A veces por desgracia hay gente buena que muere sin haber vivido. La muerte nos iguala pero la vida nos desiguala, y a los que viven felices y son malos y dañan a los demás que les quiten lo bailado, como se suele decir. Nada sabemos de lo.que hay después, la vida es lo que conocemos, después una interrogación. Ojala y sí exista justicia divina. Tu poema es fabuloso. Besos a tu alma.

 

[Jorge Toro]

A veces por desgracia hay gente buena que muere sin haber vivido. La muerte nos iguala pero la vida nos desiguala, y a los que viven felices y son malos y dañan a los demás que les quiten lo bailado, como se suele decir. Nada sabemos de lo.que hay después, la vida es lo que conocemos, después una interrogación. Ojala y sí exista justicia divina. Tu poema es fabuloso. Besos a tu alma.

Muy agradecido con tu comentario María del Mar. Si acaso existe un después, algo pasará con nuestras actuaciones en vida.

Un abrazo.