Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Sucede, y muy a menudo,
que una vida has trabajado
como un buey a yunta atado
y acabas siendo cornudo.
A un conocido desnudo
casi dejó su mujer
por echarse otro querer
que le pareció mejor.
¿Qué le ocurrió al buen señor?
Que quedó como al nacer.
Pensó en matar... ¡Por favor,,
que es el quinto Mandamiento!
Sólo le cupo el intento
de proseguir su labor.
Y a trabajar con ardor
se dedicó nuevamente.
¡Desde luego, existe gente
que tiene muy poca vista!
¿Para dar con otra lista?
¡Mal les carbura la mente!
El loco es el que asesina,
quien no es que es un caballero
que se queda sin dinero
por una mujer ladina.
Ser esposa es una mina
para algunas. ¡Si les cuento...!
Una a ver un monumento
al marido le contaba
y el esposo la llevaba
a tomar el tren, contento.
Después de decirse adiós
yo ya no sé lo que haría,
si es que una amante él tenía
y así jugaban los dos.
De la amante, quizá, en pos
él iba mientras contenta,
pensando en la cornamenta
pero más pensando en mí.
Las cosas fueron así
y un poeta se las cuenta.
¿Les ha gustado la historia,
fue de su gusto el relato?
Pues es el vivo retrato
de una que tengo en memoria.
Todo es dulzor o es escoria
según se mire, depende.
Hay alguno que se vende
por menos de una peseta.
Les digo que este poeta
es cosa que no la entiende.
que una vida has trabajado
como un buey a yunta atado
y acabas siendo cornudo.
A un conocido desnudo
casi dejó su mujer
por echarse otro querer
que le pareció mejor.
¿Qué le ocurrió al buen señor?
Que quedó como al nacer.
Pensó en matar... ¡Por favor,,
que es el quinto Mandamiento!
Sólo le cupo el intento
de proseguir su labor.
Y a trabajar con ardor
se dedicó nuevamente.
¡Desde luego, existe gente
que tiene muy poca vista!
¿Para dar con otra lista?
¡Mal les carbura la mente!
El loco es el que asesina,
quien no es que es un caballero
que se queda sin dinero
por una mujer ladina.
Ser esposa es una mina
para algunas. ¡Si les cuento...!
Una a ver un monumento
al marido le contaba
y el esposo la llevaba
a tomar el tren, contento.
Después de decirse adiós
yo ya no sé lo que haría,
si es que una amante él tenía
y así jugaban los dos.
De la amante, quizá, en pos
él iba mientras contenta,
pensando en la cornamenta
pero más pensando en mí.
Las cosas fueron así
y un poeta se las cuenta.
¿Les ha gustado la historia,
fue de su gusto el relato?
Pues es el vivo retrato
de una que tengo en memoria.
Todo es dulzor o es escoria
según se mire, depende.
Hay alguno que se vende
por menos de una peseta.
Les digo que este poeta
es cosa que no la entiende.