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Una fiera café con blanco.





Era pequeña, unos 7 u 8 años, una linda tarde de verano, me encontraba sola en casa junto a la señora que me cuidaba. Me sentía muy aburrida, ya los juguetes no me entretenían y la televisión en la semana no la podía verla.
Me fui a la ventana de la cocina a ver pasar los rayos del sol por el jardín de flores que tanto cuidaba mi mama… miraba el cielo era azul, los arboles eran verdes, el pasto que rodeaba la casa de mis padres también era verde más oscuro… Cuando de pronto algo llamo mi atención, no sabía bien loque era ya que mi vista no estaba totalmente despejada entre ollas y las cosas del lavado.
Solo lograba ver unas patitas café con blanco entre los geranios,claveles, azucenas y cuanta flor plantaba mi mama. Ya mi curiosidad me envolvía y con esa loca imaginación de antaño pensaba que sería un tigre o un zorro que se comía las flores.
Poco a poco me abalanzaba por la ventana entre los amarillos visillos… cuando de pronto de golpe me fui al suelo… calladita me levante ,recupere la vista y me deslice por la puerta. Comencé a recorrer ese gran parque que había en casa, pues yo solo veía a esas patitas caminar, había momentos en que se me perdían con sus saltos, tanta era mi curiosidad que me olvide por completo del vestido blanco que traía, de esos que solo me colocaban para salir.
Ja,ja,ja…ya no era blanco…tenía un color café. No me importaba nada más que sabes que eran esas patitas café con blanco que no podía ver.
De pronto su cola vi, era grande y peluda que parecía un puerco espín, claro que yo a esa edad ni siquiera sabía lo que era ese animal…ja,ja,ja.
En cuatro patas buscaba como si estuviera en un gran safari en plena África, llena de maleza iba quedando en busca de ese gran animal salvaje.
Se me había olvidado lo aburrida que estaba esa tarde de verano. De pronto y sin saber cómo se abalanzo hacia mí, para que nadie me escuchara, ni grite, no quería que supieran que me había salido de casa, solo cerré los ojos y con mucho miedo cubrí mi cara, pensé mil cosas y sin pedir ayuda para que no me castigaran, luego de un rato y con él encima mío, abrí los ojos encontrando sobre mí a un perrito de color café con blanco, tan pequeño como yo. Ya esa tarde era entretenida tenia con quien jugar, así estuve largo rato jugando entre las flores y sin pensar.
Nos hicimos grandes amigos Koky y yo, así lo llame, jugamos,corrimos y dormimos bajo el gran sauces también de color verde…ja,ja,ja…de tanto jugar me dormí profundamente, al despertar me encontré sola, no sabía si era un sueño o realidad…ja,ja,ja. Pero al ver aquel vestido que por la mañana era blanco, me di cuenta que él era real. Así todos los días de aquel verano no me aburrímás, todas las tardes llegaba Koky a jugar conmigo ya que no tenia hermanos.
Que traviesa era yo en esos años.

2013-4-23
Caballo Negro – Chile.
Derechos reservados de autor.


 
Última edición:

Ramon

Miembro Conocido
Un buen cuento infantil, quizás más para niñas que niños, pero es un buen inicio en este apartado, arto dificil, y con publico muy exigente, felicidades
 
M

misterdark

Guest
Muy bella prosa infantil poeta Caballo Negro, exelentemente descripta, llena de detalles, colores, bellas imagenes y hasta suspenso. Felicitaciones
 

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