Jorge Toro
Miembro Conocido
Este viaje que emprendimos hace años
sin un mapa que marcara un panorama,
este viaje con sus múltiples peldaños
se parece a un intrincado crucigrama.
Lo iniciamos hace tanto que quedaron
en la bruma los albores de la infancia,
más sabemos los patrones que marcaron
lo que fuimos en aquella tenue andancia.
Con los años muchas cosas antes ciertas
se volvieron a nosotros vil mentira
y a medida que cruzamos otras puertas
le pusimos a la vida joven mira.
Y enfilamos por caminos novedosos
decididos a probar con experiencias,
a sabiendas que los rumbos son sinuosos
y nos dan igual sonrisas o dolencias.
Pero fuimos a jugarnos el pellejo
sin saber ninguna cosa del mañana,
persiguiendo de la dicha algún reflejo
aunque fuese aquella lucha errada y vana.
Al final, cuando termine la jornada
y miremos en balance nuestra vida
puede ser que la juzguemos derrotada
a pesar de tanta entrega decidida.
Y aunque a nadie ya le importe nuestra lucha
y aunque estemos condenados al olvido,
nos iremos con los ojos sin capucha
cuando un día cese al fin nuestro latido.
sin un mapa que marcara un panorama,
este viaje con sus múltiples peldaños
se parece a un intrincado crucigrama.
Lo iniciamos hace tanto que quedaron
en la bruma los albores de la infancia,
más sabemos los patrones que marcaron
lo que fuimos en aquella tenue andancia.
Con los años muchas cosas antes ciertas
se volvieron a nosotros vil mentira
y a medida que cruzamos otras puertas
le pusimos a la vida joven mira.
Y enfilamos por caminos novedosos
decididos a probar con experiencias,
a sabiendas que los rumbos son sinuosos
y nos dan igual sonrisas o dolencias.
Pero fuimos a jugarnos el pellejo
sin saber ninguna cosa del mañana,
persiguiendo de la dicha algún reflejo
aunque fuese aquella lucha errada y vana.
Al final, cuando termine la jornada
y miremos en balance nuestra vida
puede ser que la juzguemos derrotada
a pesar de tanta entrega decidida.
Y aunque a nadie ya le importe nuestra lucha
y aunque estemos condenados al olvido,
nos iremos con los ojos sin capucha
cuando un día cese al fin nuestro latido.