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Voces de la Naturaleza



Se escuchan los rumores que inundan la vereda,
que dan el timbre rústico a franca travesía,
murmullos que al viajero alegran, por la vía
en donde se reúne la espléndida arboleda.

El son que se percibe, muy íntimo se queda
vibrando en los sentidos como una sinfonía;
y todos los espacios se llenan de alegría;
la misma que en el aire se va a la rosaleda.

Sonidos que se esparcen de insectos zumbadores,
de gotas de la lluvia que caen insistentes,
del eco de los mares en los alrededores,

del viento con sus silbos de notas complacientes,
la gárrula fecunda de pájaros cantores,
y el roce de las hojas en ramas consistentes.

En fin, que a nuestras mentes
les dan la sensación de grata sutileza
que ofrece gentilmente la gran Naturaleza.

 

LOVERS

Miembro Conocido
Muy buenos versos alejandrinos amigo Victor. Felicitaciones.

Un abrazo, su amigo E. Lovera
 

Azalea Diaz

Miembro Conocido


Se escuchan los rumores que inundan la vereda,
que dan el timbre rústico a franca travesía,
murmullos que al viajero alegran, por la vía
en donde se reúne la espléndida arboleda.

El son que se percibe, muy íntimo se queda
vibrando en los sentidos como una sinfonía;
y todos los espacios se llenan de alegría;
la misma que en el aire se va a la rosaleda.

Sonidos que se esparcen de insectos zumbadores,
de gotas de la lluvia que caen insistentes,
del eco de los mares en los alrededores,

del viento con sus silbos de notas complacientes,
la gárrula fecunda de pájaros cantores,
y el roce de las hojas en ramas consistentes.

En fin, que a nuestras mentes
les dan la sensación de grata sutileza
que ofrece gentilmente la gran Naturaleza.

Bellísimo soneto, poeta Víctor, muy hermoso. Un abrazo,amigo. Feliz Navidad.
 


Se escuchan los rumores que inundan la vereda,
que dan el timbre rústico a franca travesía,
murmullos que al viajero alegran, por la vía
en donde se reúne la espléndida arboleda.

El son que se percibe, muy íntimo se queda
vibrando en los sentidos como una sinfonía;
y todos los espacios se llenan de alegría;
la misma que en el aire se va a la rosaleda.

Sonidos que se esparcen de insectos zumbadores,
de gotas de la lluvia que caen insistentes,
del eco de los mares en los alrededores,

del viento con sus silbos de notas complacientes,
la gárrula fecunda de pájaros cantores,
y el roce de las hojas en ramas consistentes.

En fin, que a nuestras mentes
les dan la sensación de grata sutileza
que ofrece gentilmente la gran Naturaleza.

VÍCTOR

¡Qué armonía
tiene tu poesía!

Con acordes de la
gran Naturaleza.

Un fortísimo abrazo
amigo poeta,

Guillermo.
 

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