Víctor
Moderador de Poesía Jocosa
Ha mucho tiempo que dejé el nido
de aquella tierra linda y feraz,
y desde entonces ya no he podido
mirar el cielo donde he nacido,
en donde brilla y reina la paz.
¡Ay!, cuánto añoro mis viejos lares
que son de mi alma la adoración.
Extraño tanto aquellos lugares,
que al no mirarlos siento pesares
y se desgarra mi corazón.
Le pido al cielo que pronto vuelva
a sus contornos para sentir
la exuberancia que hay en la selva
y que la brisa del mar me envuelva,
ya que son parte de mi existir.
Porque en mi alma llevo el paisaje
que configura todo su ser;
me inyecta temple, fuerza y coraje,
para seguir en la vida el viaje.
Por eso mismo quiero volver.
Si los deseos se me conceden
de estar de nuevo en aquel lugar,
pondré en mi mente encajes que enreden,
y entre sus hilos ahí se queden
la tierra, el cielo, la luz y el mar...
Tendré el cobijo de las palmeras
bajo de un cielo limpio, tisú,
y el dulce arrullo de olas costeras
que serán fuente de mis quimeras;
y en mi regazo durmiendo tú.
Y en esta tierra donde he nacido,
que fue la cuna de mi existir,
quiero volver a fincar el nido,
tener la dicha y estar unido
entre sus brazos, hasta morir...
de aquella tierra linda y feraz,
y desde entonces ya no he podido
mirar el cielo donde he nacido,
en donde brilla y reina la paz.
¡Ay!, cuánto añoro mis viejos lares
que son de mi alma la adoración.
Extraño tanto aquellos lugares,
que al no mirarlos siento pesares
y se desgarra mi corazón.
Le pido al cielo que pronto vuelva
a sus contornos para sentir
la exuberancia que hay en la selva
y que la brisa del mar me envuelva,
ya que son parte de mi existir.
Porque en mi alma llevo el paisaje
que configura todo su ser;
me inyecta temple, fuerza y coraje,
para seguir en la vida el viaje.
Por eso mismo quiero volver.
Si los deseos se me conceden
de estar de nuevo en aquel lugar,
pondré en mi mente encajes que enreden,
y entre sus hilos ahí se queden
la tierra, el cielo, la luz y el mar...
Tendré el cobijo de las palmeras
bajo de un cielo limpio, tisú,
y el dulce arrullo de olas costeras
que serán fuente de mis quimeras;
y en mi regazo durmiendo tú.
Y en esta tierra donde he nacido,
que fue la cuna de mi existir,
quiero volver a fincar el nido,
tener la dicha y estar unido
entre sus brazos, hasta morir...
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