JULIO CUADROS CASTILLO
Miembro Conocido
Y... el dolor de Domigo de Ramos
(dedicado a Valparaiso)
Infunde miedo enjuta los huesos,
la médula que se expande y se contrae al mismo tiempo.
Valparaiso no llores,
llora la mar, no poder apagar tus llamas.
Y... los pájaros que sin ramas están
les han quemado su nidos,
llora la luna que contemplandote se queda muda.
Y... el dolor hoy se queda en las calles
en el tiempo de una vida hecha cenizas.
Y... el corazón que sangra en gotas de impotencia
casa mia, nido mio, cueva mia, ricón mio
donde quiero estar, no te la lleves historia
en barcas de odios de abril.
Odio los domingo de ramos
en que vamos a los calvarios,
con los sudarios de Cristos.
Y... el dolor no se apagará
tal vez... el recuerdo persista en el pecho,
tal vez... llora la tierra que han quemado sus cabellos
como culpar al viento
que presto primero su aliento,
que queria soplar y solo extendio el dolor,
como culpar a Dios por pestañar un rato
dormir su cansancio.
Ya vendrás, mi amigo con manos contructoras
ya vendrás, solidario samaritano
ya vendrás, con tu septiembre renaciendo todo
ya vendrán las Marías a besarnos y a la gente arrullar
¡habra casas nuevas! ¡todo se hará nuevo!
Y... bailaremos cueca en Valparaiso,
entonces el dolor se irá preso a la mar,
donde jamás salga otra vez andar.
Julio Cesar Cuadros Castillo

(dedicado a Valparaiso)
Infunde miedo enjuta los huesos,
la médula que se expande y se contrae al mismo tiempo.
Valparaiso no llores,
llora la mar, no poder apagar tus llamas.
Y... los pájaros que sin ramas están
les han quemado su nidos,
llora la luna que contemplandote se queda muda.
Y... el dolor hoy se queda en las calles
en el tiempo de una vida hecha cenizas.
Y... el corazón que sangra en gotas de impotencia
casa mia, nido mio, cueva mia, ricón mio
donde quiero estar, no te la lleves historia
en barcas de odios de abril.
Odio los domingo de ramos
en que vamos a los calvarios,
con los sudarios de Cristos.
Y... el dolor no se apagará
tal vez... el recuerdo persista en el pecho,
tal vez... llora la tierra que han quemado sus cabellos
como culpar al viento
que presto primero su aliento,
que queria soplar y solo extendio el dolor,
como culpar a Dios por pestañar un rato
dormir su cansancio.
Ya vendrás, mi amigo con manos contructoras
ya vendrás, solidario samaritano
ya vendrás, con tu septiembre renaciendo todo
ya vendrán las Marías a besarnos y a la gente arrullar
¡habra casas nuevas! ¡todo se hará nuevo!
Y... bailaremos cueca en Valparaiso,
entonces el dolor se irá preso a la mar,
donde jamás salga otra vez andar.
Julio Cesar Cuadros Castillo
