El álamo.
Despaciosamente me acerqué a tu vera,
colosal, inalcanzable pálida fronda.
Vestiste de fiesta a mis ojos tristes,
gigante temblón de figura enhiesta,
hojas temblorosas y dulzones copos.
En plácido viaje algunos caían,
otros parecían mirar el paisaje.
Temerosa y cauta los guardé en...