Volvieron, siempre vuelven,
al patio que las vio nacer un día,
al nido, al cascarón de sus recuerdos,
al plumaje primero en estadía.
Se va llenando el aire con sus vuelos,
la casa de alegrías;
nuestros gatos las miran de reojo
molestos por tan frágil osadía.
Me comparten el aire,
golondrinas,
un...