HORIZONTES
Cuando tu voz abanderada
escribe la aurora sobre mi cuerpo,
mi labio,
náufrago de besos,
se aferra a la ribera de tu boca,
como la raíz a la tierra,
después de este inmortal invierno.
Entre la hierba
y el silencio,
los cinceles que calzan tus dedos
esculpen marejadas...