Caballero de los Geranios
MODERADOR DE ORTOGRAFÍA Y SEMÁNTICA
¡Endulza mis heridas…! Albujandrinos
¡ENDULZA MIS HERIDAS…!
Inquieta te ausentaste paloma arrabalera,
en busca del olivo... dejaste mis maíces
y el nido descubierto en plena cordillera,
tus árboles difuntos… afuera sus raíces,
las alas de pichones mirando la frontera,
adustos, sin oxígeno, doblaron sus cervices,
mi alpiste por el suelo y el mote en mi fogata.
Me azuza y se entremete la astilla en mi alpargata.
Espero tu retorno, destruye la cadena
que pródigo tu dorso hendido la soporta.
Expiran tus trigales, tus fréjoles, tu avena,
mi tulpa necesita tu fuego que conforta
al patio desolado… vacío en su condena…
El ramo de laureles que envías ¡no me importa!
Aciagos son mis días… se acaba mi existencia…
¡Endulza mis heridas con sólo tu presencia!
Inquieta te ausentaste paloma arrabalera,
en busca del olivo... dejaste mis maíces
y el nido descubierto en plena cordillera,
tus árboles difuntos… afuera sus raíces,
las alas de pichones mirando la frontera,
adustos, sin oxígeno, doblaron sus cervices,
mi alpiste por el suelo y el mote en mi fogata.
Me azuza y se entremete la astilla en mi alpargata.
Espero tu retorno, destruye la cadena
que pródigo tu dorso hendido la soporta.
Expiran tus trigales, tus fréjoles, tu avena,
mi tulpa necesita tu fuego que conforta
al patio desolado… vacío en su condena…
El ramo de laureles que envías ¡no me importa!
Aciagos son mis días… se acaba mi existencia…
¡Endulza mis heridas con sólo tu presencia!
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