Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
- ¡Viva la Muerte! - . Gritaba
del Tercio su capitán.
Y debió gritar tan alto
que Ella le debió escuchar.
Y pronto vino en su búsqueda
por complacerle, sin más.
No le tocaba aquel día,
pero se sintió incapaz
de no complacer al loco
que le mostró su bondad,
¡Qué estúpida tontería
llamarla para su mal!
Tensó en el arco la flecha
sacada de su carcaj,
Y así es siempre, el hombre yerra
abundando en tal error
desde que el mundo es el mundo,
desde el día en que nació.
Todo por ser un gran necio,
por ser un bobalicón,
por querer ser el primero,
corre de la muerte en pos.
¡Si hubiera estado en silencio
sin llamarla con su voz..!
El resultado es sabido:
¡Ya no verá más el sol!
Somos muñecos que mueve
alocado frenesí,
amamos del semejante
ser el jefe, el adalid,
conociendo que a la postre
nuestro destino es morir.
¿Por qué querer que el momento
se adelante de tal fin?
Por querer ser, por orgullo,
el más valiente entre mil.
O el más idiota, depende
de cómo lo quieras ver.
Para mí que es lo segundo
y opino que pienso bien,
la vida es hermosa y bella
por mucho que no nos dé
todo aquello que queremos.
De andar el camino aquél
ya habrá tiempo. ¡Y lloraremos
cuando nos toque la vez!
del Tercio su capitán.
Y debió gritar tan alto
que Ella le debió escuchar.
Y pronto vino en su búsqueda
por complacerle, sin más.
No le tocaba aquel día,
pero se sintió incapaz
de no complacer al loco
que le mostró su bondad,
¡Qué estúpida tontería
llamarla para su mal!
Tensó en el arco la flecha
sacada de su carcaj,
Y así es siempre, el hombre yerra
abundando en tal error
desde que el mundo es el mundo,
desde el día en que nació.
Todo por ser un gran necio,
por ser un bobalicón,
por querer ser el primero,
corre de la muerte en pos.
¡Si hubiera estado en silencio
sin llamarla con su voz..!
El resultado es sabido:
¡Ya no verá más el sol!
Somos muñecos que mueve
alocado frenesí,
amamos del semejante
ser el jefe, el adalid,
conociendo que a la postre
nuestro destino es morir.
¿Por qué querer que el momento
se adelante de tal fin?
Por querer ser, por orgullo,
el más valiente entre mil.
O el más idiota, depende
de cómo lo quieras ver.
Para mí que es lo segundo
y opino que pienso bien,
la vida es hermosa y bella
por mucho que no nos dé
todo aquello que queremos.
De andar el camino aquél
ya habrá tiempo. ¡Y lloraremos
cuando nos toque la vez!