Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
¿Por qué vienes, amor,
cuando poco me queda,
cuando para la rueda
y se apaga el motor?
Cuando sólo el dolor
de mi cuerpo es el amo.
Si yo ya no te llamo
ni con un ademán.
¿A qué viene ese afán
si no toco el reclamo?
Mas se ve que deseas
infligirme tormento
y en este movimiento
no me das las más feas.
¿Para qué más preseas
a quien tuvo bastantes?
Pasaron los instantes
de la hermosa batalla,
así que tu voz calla.
¡Mi muerte no adelantes!
Porque muero de pena
recordando mi ayer
y ver a una mujer
es horrible condena.
¡Rompe ya esa cadena,
dame la libertad,
que reclama mi edad
un poco de sosiego.
¡Por favor te lo ruego,
déjame y ten piedad!
No preciso de ti,
tomo muchas pastillas,
¿por qué hermosas chiquillas
pones cerca de mí?
¿Por qué cruel eres, di,
si no quiero de amores
padecer más dolores
sino vivir en paz.
No me siento capaz
de sufrir más rigores.
Mas se clava, insistente,
la flecha de Cupido
en mi pecho. A Dios pido
que se muestre clemente.
¿Qué pensará la gente,
qué pensará mi nieta?
Que tu abuelo es poeta
lo sabrás. Pero ignoras
que hasta el fin de mis horas
del amor fui veleta.
cuando poco me queda,
cuando para la rueda
y se apaga el motor?
Cuando sólo el dolor
de mi cuerpo es el amo.
Si yo ya no te llamo
ni con un ademán.
¿A qué viene ese afán
si no toco el reclamo?
Mas se ve que deseas
infligirme tormento
y en este movimiento
no me das las más feas.
¿Para qué más preseas
a quien tuvo bastantes?
Pasaron los instantes
de la hermosa batalla,
así que tu voz calla.
¡Mi muerte no adelantes!
Porque muero de pena
recordando mi ayer
y ver a una mujer
es horrible condena.
¡Rompe ya esa cadena,
dame la libertad,
que reclama mi edad
un poco de sosiego.
¡Por favor te lo ruego,
déjame y ten piedad!
No preciso de ti,
tomo muchas pastillas,
¿por qué hermosas chiquillas
pones cerca de mí?
¿Por qué cruel eres, di,
si no quiero de amores
padecer más dolores
sino vivir en paz.
No me siento capaz
de sufrir más rigores.
Mas se clava, insistente,
la flecha de Cupido
en mi pecho. A Dios pido
que se muestre clemente.
¿Qué pensará la gente,
qué pensará mi nieta?
Que tu abuelo es poeta
lo sabrás. Pero ignoras
que hasta el fin de mis horas
del amor fui veleta.
Última edición:
