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3ª parte LOS FLAUTINES Y EL FUEGO NEGRO

Intentaron no hacer ruido. Los antiguos moradores subían comida. Comprobaron que en varios pisos habían calabozos, donde personas y animales se hacinaban, seguramente esperando que les fueran útiles al brujo, pero entre ellos no encontraron a Ténari, ni a Alberto. Llegaron a una sala vacía, y cuando se disponían a salir la puerta se les cerró de golpe. Una nube espesa y gris les envolvió, y cayeron sin sentido al suelo. Los únicos que pudieron escapar fueron Soca y Teco. Desde que entraron no habían salido del zurrón, encogidos por el miedo que les producía el lugar, y al ver que sus amigos se caía, salieron zumbando y se escabulleron por un pequeño hueco de la puerta.


-¡Que os creíais! ¿Que podríais engañarme?
La voz, ronca y algo gangosa, resonó en la sala. Los muchachos intentaban abrir los ojos.
-¡Nada se me escapa en mi castillo!
-¡Sandra! ¡Gonzalo!
-¡Lerián!
Gonzalo fue el primero en incorporarse. Se dio cuenta que estaban en un sitio diferente, una reja le mantenía encerrado en una pequeña sala. Se acercó hacía ella e intentó ver lo que había al otro lado, todavía tenía la vista borrosa y un fuerte dolor de cabeza.
-¿Pa...papá?
-¡Hijo! ¿Estas bien?
No podían creer sus ojos lo que veían, la sala era circular, y medio círculo estaba ocupado por celdas como la suya. En la de enfrente estaba su padre. Sandra también se incorporó.
-¡Cariño! ¿Como te encuentras?
-Me duele mucho la cabeza.
Ténari sufría por que Lerián no despertaba.
-¡Canalla! ¿Que le has hecho a los chicos?
Yortan reía a carcajada limpia, satisfecho de sentirse poderoso. Era de talla media, más bien gordo, una perilla larga, y oscuro pelo que cubría con un turbante con una piedra azul. Estaba sentado sobre un trono de madera y pieles, elevado sobre unos escalones de piedra. A sus pies, un gran pilón en forma de copa, donde ardía un desolado rfuego negro, muy muy negro, que con solo mirarlo te dejaba el corazón rendido por la pena.
-No podía haberlo planeado mejor ¡Ja ja ja ja ja ja!. Tengo a la madre y al hijo, al padre y a sus mellizos ¡ja ja ja ja ja ja! Mañana será un gran día.
Se retiró por una puerta del fondo, sin dejar de resonar sus carcajadas.
-¿Como os ha secuestrado?
-Es que vinimos a rescataros.
-¿Os dejó mi marido Airis hacerlo?, pregunto incrédula.
-No quería, pero era la única oportunidad.
-Ahora ya no hay ninguna y el brujo tiene todo. Que locura.
En ese momento Lerián despertó.
-¡Mamá!
-¿Y vuestros poderes no os sirven para huir?
-No Sandra, ese fuego que ves es el fuego negro, si usamos nuestra magia la absorbe, y se la traspasa al Yortan por medio del Ojo del Halcón, esa piedra azul que lleva en la cabeza.
-¡Nuestros flautines!, grito Gonzalo al ver los instrumentos tirados junto a sus zurrones.
-De nada sirven hijo, aquí no hay nada vivo que no esté bajo su control.
Fue una noche muy larga. Ni tan si quiera podían abrazarse para consolarse. Saber que Mari Luz estaba bajo el sueño profundo era una losa que tenía al pobre Alberto consumido.
-Nos engañó bien, relataba Ténari, hasta que fue demasiado tarde. En apenas unos días secó el cauce del gran río con los fuegos de las entrañas, poco pudo hacer para combatirlo, y se retiró.
-¿Y por donde pasaba?
-El gran río bordeaba de norte a sur estas praderas por lo que ahora es el límite del bosque. El príncipe Juan creó un profundo túnel que lo cruzaba, y mediante un hechizo atrajo al río, bueno, solo a una parte, y una vez que el agua jugaba y revoloteaba por todo el castillo volvía al túnel y de allí a su cauce. Yortan a secado el túnel. Cuando nos robe los poderes secará hacia el oeste todas las tierras, y cuando tenga suficiente poder, hará lo mismo con el gran río y nada podrá detenerle.
-¿El río pasaba por debajo de esta torre?
-Si, por el pozo del salón de la entrada.
-Lo vimos al entrar, y muchos juegos de agua.
-El agua subía por la torre central hasta esta sala, precisamente por la pila donde esta el fuego negro, y por los canales que ves en el suelo se distribuía por todo el castillo.
-¿Po rahí entraba el agua?
-Si, Yortan quitó el surtidor y puso esa pila para tapar el agujero.
Sandra se quedó pensativa, en ese momento apareció un esclavo, que sin mediar palabra alguna ni gesto, les dejó un jarro de agua a cada uno y un mendrugo de pan. Antes de que volviera a cerrar la puerta el esclavo Soca y Teco se colaron en la sala.
-¡Chicos!Que alegría veros. Venid rápido. ¿Veis los flautines y la flauta de mi padre en esa estantería? Traérnoslas.
Los animales corrieron hasta los instrumentos y los alcanzaron sin dificultad.
-Hija, ya te dije que aquí es inútil.
-Puede que te equivoques, hay una oportunidad. Escuchar lo que vamos hacer...


La media noche se acercaba, y con ella el solsticio. Yortan apareció con una túnica de brillantes colores y su turbante. Se puso en su trono e invocó al poder del fuego negro.
-¡Hoy es el día de mi triunfo! Nada puede pararlo ya, y vosotros dejaréis pronto de ser una molestia para pasar a ser un recuerdo ja ja ja ja ja ja.
A penas quedaban unos minutos y el cuerno de Ténari empezaba a brillar, en poco, de la magia, nacería una Declón. Yortan, nervioso y entusiasmado, no podía permanecer sentado en el trono. De repente, Teco le saltó a la cara dándole un mordisco en la nariz. Su alarido resonó en todo el castillo, y del dolor dio dos pasos para atrás, cayendo sobre el trono. Consiguió quitarse al hurón de un manotazo, pero Soca cayó sobre él, arrancándole el Ojo de Halcón, y de un salto se encaramó a los techos.
-¡Bribón! ¡Ven aquí! Cuando te coja voy ha hacer contigo mermelada. Devuélveme inmediatamente la gema.
Daba manotazos al aire, pero ni se acercaba a la ardilla, que se movía de lado en lado a gran velocidad. Tan ofuscado estaba con Soca, que pisó su túnica y aterrizó de narices contra el suelo. Los alaridos se doblaron, pues ya la tenía muy dolorida del mordisco. En ese momento el cuerno de Airis proyecto una luz igual que la del arco iris contra el suelo, y se empezó a formar la figura de un pequeño caballo, un potrillo al que se le notaba la forma de dos pequeñas alas y un diminuto cuerno.

-¡Ahora!

Al grito de Sandra los dos flautines y la flauta empezaron a sonar, una melodía de vida, de alegría, de amistad y de amor, una melodía capaz de atraer lo más bello de esta vida. Justo en ese momento Soca soltó el Ojo de Halcón por una pequeña grieta a pie del pilón donde se consumía el fuego negro.

-¡Idiotas !¿Que creéis que estáis haciendo? Seguís prisioneros y yo solo tendré que bajar a por la gema. Ahora si que os haré sufrir, a vosotros y a todas las personas que os importan. Mi cólera no tendrá fin y …..

No terminó la frase, un temblor de tierra se sentía cada vez más fuerte. Parecía que fuera a desencajar todas las piedras del castillo. Toda la magia de los flautines y de la flauta la absorbió el fuego negro, que la proyecto sobre el Ojo de Halcón. Este cayó en lo más profundo del pozo, en el lecho del gran río, que ya no estaba seco. El día anterior Sandra dejó la cantimplora abierta y echando agua. Fueron muchas horas y el agua fue avanzando, acumulando lo suficiente para que, con la magia de las flautas en la gema, el gran río encontrara el camino y la fuerza para regresar. Un impresionante chorro de agua reventó el pilón y apagó el fuego negro. Por todo el castillo empezó a correr el agua, inundando toda la pradera y haciendo retroceder los fuegos del centro de la tierra. Yortan solo lloraba viendo destruido todo el mal que había conseguido crear con sus engaños y celadas. Airis llegó con el gran río y liberó a todos antes que el agua les pudiera dañar en su encierro.
Gonzalo tocó el hombro de Sandra, cuando se volvió pudo observar como, esa luz que proyectaba el cuerno de Ténari tomaba una forma tangible, y el pequeño potro relinchaba y se levantaba de manos. Toda la habitación se llenó de colores, de la luz más pura que uno se puede imaginar. Un rayo de color azul turquesa, muy intenso, salió del cuerno de Sanay, que así era el nombre de la recién nacida, y se proyectó sobre el cuerno de su hermano y sobre los dos flautines que danzaban graciosos con vida propia por toda la sala. Delante de sus ojos, los dos hermanos crecían por momentos, pasando del tamaño de un pequeño ponny, al de dos caballos musculosos, grandes y poderosos, con unas enormes alas. Airis y Ténari se acercaron a los chicos.

-Os debemos mucho, si no llega a ser por vuestro ingenio y decisión el malvado de Yortan podría haber hecho un mal irreparable al mundo. Por eso, el consejo de los Declon ha decidido traspasaros algo de nuestro poder, y que ayudéis a Lerián y Sanay a mantener el equilibrio en este mundo.

Según terminaron de hablar sus cuerpos empezaron a transparentarse y viajaron a las estrellas junto a los suyos. Los chicos y su padre montaron a la grupa de sus amigos y regresaron a casa, donde su madre les esperaba libre ya del hechizo. No sería la única vez, cuando tuvieron que enfrentarse a la hechicera Margot también...bueno, eso es otra historia.
 
Última edición:

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Intentaron no hacer ruido. Los antiguos moradores subían comida. Comprobaron que en varios pisos habían calabozos, donde personas y animales se hacinaban, seguramente esperando que les fueran útiles al brujo, pero entre ellos no encontraron a Ténari, ni a Alberto. Llegaron a una sala vacía, y cuando se disponían a salir la puerta se les cerró de golpe. Una nube espesa y gris les envolvió, y cayeron sin sentido al suelo. Los únicos que pudieron escapar fueron Soca y Teco. Desde que entraron no habían salido del zurrón, encogidos por el miedo que les producía el lugar, y al ver que sus amigos se caía, salieron zumbando y se escabulleron por un pequeño hueco de la puerta.


-¡Que os creíais! ¿Que podríais engañarme?
La voz, ronca y algo gangosa, resonó en la sala. Los muchachos intentaban abrir los ojos.
-¡Nada se me escapa en mi castillo!
-¡Sandra! ¡Gonzalo!
-¡Lerián!
Gonzalo fue el primero en incorporarse. Se dio cuenta que estaban en un sitio diferente, una reja le mantenía encerrado en una pequeña sala. Se acercó hacía ella e intentó ver lo que había al otro lado, todavía tenía la vista borrosa y un fuerte dolor de cabeza.
-¿Pa...papá?
-¡Hijo! ¿Estas bien?
No podían creer sus ojos lo que veían, la sala era circular, y medio círculo estaba ocupado por celdas como la suya. En la de enfrente estaba su padre. Sandra también se incorporó.
-¡Cariño! ¿Como te encuentras?
-Me duele mucho la cabeza.
Ténari sufría por que Lerián no despertaba.
-¡Canalla! ¿Que le has hecho a los chicos?
Yortan reía a carcajada limpia, satisfecho de sentirse poderoso. Era de talla media, más bien gordo, una perilla larga, y oscuro pelo que cubría con un turbante con una piedra azul. Estaba sentado sobre un trono de madera y pieles, elevado sobre unos escalones de piedra. A sus pies, un gran pilón en forma de copa, donde ardía un desolado rfuego negro, muy muy negro, que con solo mirarlo te dejaba el corazón rendido por la pena.
-No podía haberlo planeado mejor ¡Ja ja ja ja ja ja!. Tengo a la madre y al hijo, al padre y a sus mellizos ¡ja ja ja ja ja ja! Mañana será un gran día.
Se retiró por una puerta del fondo, sin dejar de resonar sus carcajadas.
-¿Como os ha secuestrado?
-Es que vinimos a rescataros.
-¿Os dejó mi marido Airis hacerlo?, pregunto incrédula.
-No quería, pero era la única oportunidad.
-Ahora ya no hay ninguna y el brujo tiene todo. Que locura.
En ese momento Lerián despertó.
-¡Mamá!
-¿Y vuestros poderes no os sirven para huir?
-No Sandra, ese fuego que ves es el fuego negro, si usamos nuestra magia la absorbe, y se la traspasa al Yortan por medio del Ojo del Halcón, esa piedra azul que lleva en la cabeza.
-¡Nuestros flautines!, grito Gonzalo al ver los instrumentos tirados junto a sus zurrones.
-De nada sirven hijo, aquí no hay nada vivo que no esté bajo su control.
Fue una noche muy larga. Ni tan si quiera podían abrazarse para consolarse. Saber que Mari Luz estaba bajo el sueño profundo era una losa que tenía al pobre Alberto consumido.
-Nos engañó bien, relataba Ténari, hasta que fue demasiado tarde. En apenas unos días secó el cauce del gran río con los fuegos de las entrañas, poco pudo hacer para combatirlo, y se retiró.
-¿Y por donde pasaba?
-El gran río bordeaba de norte a sur estas praderas por lo que ahora es el límite del bosque. El príncipe Juan creó un profundo túnel que lo cruzaba, y mediante un hechizo atrajo al río, bueno, solo a una parte, y una vez que el agua jugaba y revoloteaba por todo el castillo volvía al túnel y de allí a su cauce. Yortan a secado el túnel. Cuando nos robe los poderes secará hacia el oeste todas las tierras, y cuando tenga suficiente poder, hará lo mismo con el gran río y nada podrá detenerle.
-¿El río pasaba por debajo de esta torre?
-Si, por el pozo del salón de la entrada.
-Lo vimos al entrar, y muchos juegos de agua.
-El agua subía por la torre central hasta esta sala, precisamente por la pila donde esta el fuego negro, y por los canales que ves en el suelo se distribuía por todo el castillo.
-¿Po rahí entraba el agua?
-Si, Yortan quitó el surtidor y puso esa pila para tapar el agujero.
Sandra se quedó pensativa, en ese momento apareció un esclavo, que sin mediar palabra alguna ni gesto, les dejó un jarro de agua a cada uno y un mendrugo de pan. Antes de que volviera a cerrar la puerta el esclavo Soca y Teco se colaron en la sala.
-¡Chicos!Que alegría veros. Venid rápido. ¿Veis los flautines y la flauta de mi padre en esa estantería? Traérnoslas.
Los animales corrieron hasta los instrumentos y los alcanzaron sin dificultad.
-Hija, ya te dije que aquí es inútil.
-Puede que te equivoques, hay una oportunidad. Escuchar lo que vamos hacer...


La media noche se acercaba, y con ella el solsticio. Yortan apareció con una túnica de brillantes colores y su turbante. Se puso en su trono e invocó al poder del fuego negro.
-¡Hoy es el día de mi triunfo! Nada puede pararlo ya, y vosotros dejaréis pronto de ser una molestia para pasar a ser un recuerdo ja ja ja ja ja ja.
A penas quedaban unos minutos y el cuerno de Ténari empezaba a brillar, en poco, de la magia, nacería una Declón. Yortan, nervioso y entusiasmado, no podía permanecer sentado en el trono. De repente, Teco le saltó a la cara dándole un mordisco en la nariz. Su alarido resonó en todo el castillo, y del dolor dio dos pasos para atrás, cayendo sobre el trono. Consiguió quitarse al hurón de un manotazo, pero Soca cayó sobre él, arrancándole el Ojo de Halcón, y de un salto se encaramó a los techos.
-¡Bribón! ¡Ven aquí! Cuando te coja voy ha hacer contigo mermelada. Devuélveme inmediatamente la gema.
Daba manotazos al aire, pero ni se acercaba a la ardilla, que se movía de lado en lado a gran velocidad. Tan ofuscado estaba con Soca, que pisó su túnica y aterrizó de narices contra el suelo. Los alaridos se doblaron, pues ya la tenía muy dolorida del mordisco. En ese momento el cuerno de Airis proyecto una luz igual que la del arco iris contra el suelo, y se empezó a formar la figura de un pequeño caballo, un potrillo al que se le notaba la forma de dos pequeñas alas y un diminuto cuerno.

-¡Ahora!

Al grito de Sandra los dos flautines y la flauta empezaron a sonar, una melodía de vida, de alegría, de amistad y de amor, una melodía capaz de atraer lo más bello de esta vida. Justo en ese momento Soca soltó el Ojo de Halcón por una pequeña grieta a pie del pilón donde se consumía el fuego negro.

-¡Idiotas !¿Que creéis que estáis haciendo? Seguís prisioneros y yo solo tendré que bajar a por la gema. Ahora si que os haré sufrir, a vosotros y a todas las personas que os importan. Mi cólera no tendrá fin y …..

No terminó la frase, un temblor de tierra se sentía cada vez más fuerte. Parecía que fuera a desencajar todas las piedras del castillo. Toda la magia de los flautines y de la flauta la absorbió el fuego negro, que la proyecto sobre el Ojo de Halcón. Este cayó en lo más profundo del pozo, en el lecho del gran río, que ya no estaba seco. El día anterior Sandra dejó la cantimplora abierta y echando agua. Fueron muchas horas y el agua fue avanzando, acumulando lo suficiente para que, con la magia de las flautas en la gema, el gran río encontrara el camino y la fuerza para regresar. Un impresionante chorro de agua reventó el pilón y apagó el fuego negro. Por todo el castillo empezó a correr el agua, inundando toda la pradera y haciendo retroceder los fuegos del centro de la tierra. Yortan solo lloraba viendo destruido todo el mal que había conseguido crear con sus engaños y celadas. Airis llegó con el gran río y liberó a todos antes que el agua les pudiera dañar en su encierro.
Gonzalo tocó el hombro de Sandra, cuando se volvió pudo observar como, esa luz que proyectaba el cuerno de Ténari tomaba una forma tangible, y el pequeño potro relinchaba y se levantaba de manos. Toda la habitación se llenó de colores, de la luz más pura que uno se puede imaginar. Un rayo de color azul turquesa, muy intenso, salió del cuerno de Sanay, que así era el nombre de la recién nacida, y se proyectó sobre el cuerno de su hermano y sobre los dos flautines que danzaban graciosos con vida propia por toda la sala. Delante de sus ojos, los dos hermanos crecían por momentos, pasando del tamaño de un pequeño ponny, al de dos caballos musculosos, grandes y poderosos, con unas enormes alas. Airis y Ténari se acercaron a los chicos.

-Os debemos mucho, si no llega a ser por vuestro ingenio y decisión el malvado de Yortan podría haber hecho un mal irreparable al mundo. Por eso, el consejo de los Declon ha decidido traspasaros algo de nuestro poder, y que ayudéis a Lerián y Sanay a mantener el equilibrio en este mundo.

Según terminaron de hablar sus cuerpos empezaron a transparentarse y viajaron a las estrellas junto a los suyos. Los chicos y su padre montaron a la grupa de sus amigos y regresaron a casa, donde su madre les esperaba libre ya del hechizo. No sería la única vez, cuando tuvieron que enfrentarse a la hechicera Margot también...bueno, eso es otra historia.


Wowwwwww Javier que bonita historia me encanto,que bien la relatas,atrae, atrapa y entretiene y ese final abierto a otro cuento me encanto mis felicitaciones y me pongo de pie para brindarte el aplauso,es excelente,gracias por compartir un beso grande.
 

MARIPOSA NEGRA

********
jajaja muy bueno, inundas de fantasía cada letra, estas historias me fascinan, ¿¿¿a caso estas prometiendo un cuento más??? con la hechicera Margot, un placer leerte y saber que el bien siempre triunfa, besos
 
Chapeau maestro, el bien siempre triunfa, pilluelo ya nos dejas con la intriga del próximo, me encantó gracias por compartir, un beso dulce para ti, javier amigo poeta.
 
Intentaron no hacer ruido. Los antiguos moradores subían comida. Comprobaron que en varios pisos habían calabozos, donde personas y animales se hacinaban, seguramente esperando que les fueran útiles al brujo, pero entre ellos no encontraron a Ténari, ni a Alberto. Llegaron a una sala vacía, y cuando se disponían a salir la puerta se les cerró de golpe. Una nube espesa y gris les envolvió, y cayeron sin sentido al suelo. Los únicos que pudieron escapar fueron Soca y Teco. Desde que entraron no habían salido del zurrón, encogidos por el miedo que les producía el lugar, y al ver que sus amigos se caía, salieron zumbando y se escabulleron por un pequeño hueco de la puerta.


-¡Que os creíais! ¿Que podríais engañarme?
La voz, ronca y algo gangosa, resonó en la sala. Los muchachos intentaban abrir los ojos.
-¡Nada se me escapa en mi castillo!
-¡Sandra! ¡Gonzalo!
-¡Lerián!
Gonzalo fue el primero en incorporarse. Se dio cuenta que estaban en un sitio diferente, una reja le mantenía encerrado en una pequeña sala. Se acercó hacía ella e intentó ver lo que había al otro lado, todavía tenía la vista borrosa y un fuerte dolor de cabeza.
-¿Pa...papá?
-¡Hijo! ¿Estas bien?
No podían creer sus ojos lo que veían, la sala era circular, y medio círculo estaba ocupado por celdas como la suya. En la de enfrente estaba su padre. Sandra también se incorporó.
-¡Cariño! ¿Como te encuentras?
-Me duele mucho la cabeza.
Ténari sufría por que Lerián no despertaba.
-¡Canalla! ¿Que le has hecho a los chicos?
Yortan reía a carcajada limpia, satisfecho de sentirse poderoso. Era de talla media, más bien gordo, una perilla larga, y oscuro pelo que cubría con un turbante con una piedra azul. Estaba sentado sobre un trono de madera y pieles, elevado sobre unos escalones de piedra. A sus pies, un gran pilón en forma de copa, donde ardía un desolado rfuego negro, muy muy negro, que con solo mirarlo te dejaba el corazón rendido por la pena.
-No podía haberlo planeado mejor ¡Ja ja ja ja ja ja!. Tengo a la madre y al hijo, al padre y a sus mellizos ¡ja ja ja ja ja ja! Mañana será un gran día.
Se retiró por una puerta del fondo, sin dejar de resonar sus carcajadas.
-¿Como os ha secuestrado?
-Es que vinimos a rescataros.
-¿Os dejó mi marido Airis hacerlo?, pregunto incrédula.
-No quería, pero era la única oportunidad.
-Ahora ya no hay ninguna y el brujo tiene todo. Que locura.
En ese momento Lerián despertó.
-¡Mamá!
-¿Y vuestros poderes no os sirven para huir?
-No Sandra, ese fuego que ves es el fuego negro, si usamos nuestra magia la absorbe, y se la traspasa al Yortan por medio del Ojo del Halcón, esa piedra azul que lleva en la cabeza.
-¡Nuestros flautines!, grito Gonzalo al ver los instrumentos tirados junto a sus zurrones.
-De nada sirven hijo, aquí no hay nada vivo que no esté bajo su control.
Fue una noche muy larga. Ni tan si quiera podían abrazarse para consolarse. Saber que Mari Luz estaba bajo el sueño profundo era una losa que tenía al pobre Alberto consumido.
-Nos engañó bien, relataba Ténari, hasta que fue demasiado tarde. En apenas unos días secó el cauce del gran río con los fuegos de las entrañas, poco pudo hacer para combatirlo, y se retiró.
-¿Y por donde pasaba?
-El gran río bordeaba de norte a sur estas praderas por lo que ahora es el límite del bosque. El príncipe Juan creó un profundo túnel que lo cruzaba, y mediante un hechizo atrajo al río, bueno, solo a una parte, y una vez que el agua jugaba y revoloteaba por todo el castillo volvía al túnel y de allí a su cauce. Yortan a secado el túnel. Cuando nos robe los poderes secará hacia el oeste todas las tierras, y cuando tenga suficiente poder, hará lo mismo con el gran río y nada podrá detenerle.
-¿El río pasaba por debajo de esta torre?
-Si, por el pozo del salón de la entrada.
-Lo vimos al entrar, y muchos juegos de agua.
-El agua subía por la torre central hasta esta sala, precisamente por la pila donde esta el fuego negro, y por los canales que ves en el suelo se distribuía por todo el castillo.
-¿Po rahí entraba el agua?
-Si, Yortan quitó el surtidor y puso esa pila para tapar el agujero.
Sandra se quedó pensativa, en ese momento apareció un esclavo, que sin mediar palabra alguna ni gesto, les dejó un jarro de agua a cada uno y un mendrugo de pan. Antes de que volviera a cerrar la puerta el esclavo Soca y Teco se colaron en la sala.
-¡Chicos!Que alegría veros. Venid rápido. ¿Veis los flautines y la flauta de mi padre en esa estantería? Traérnoslas.
Los animales corrieron hasta los instrumentos y los alcanzaron sin dificultad.
-Hija, ya te dije que aquí es inútil.
-Puede que te equivoques, hay una oportunidad. Escuchar lo que vamos hacer...


La media noche se acercaba, y con ella el solsticio. Yortan apareció con una túnica de brillantes colores y su turbante. Se puso en su trono e invocó al poder del fuego negro.
-¡Hoy es el día de mi triunfo! Nada puede pararlo ya, y vosotros dejaréis pronto de ser una molestia para pasar a ser un recuerdo ja ja ja ja ja ja.
A penas quedaban unos minutos y el cuerno de Ténari empezaba a brillar, en poco, de la magia, nacería una Declón. Yortan, nervioso y entusiasmado, no podía permanecer sentado en el trono. De repente, Teco le saltó a la cara dándole un mordisco en la nariz. Su alarido resonó en todo el castillo, y del dolor dio dos pasos para atrás, cayendo sobre el trono. Consiguió quitarse al hurón de un manotazo, pero Soca cayó sobre él, arrancándole el Ojo de Halcón, y de un salto se encaramó a los techos.
-¡Bribón! ¡Ven aquí! Cuando te coja voy ha hacer contigo mermelada. Devuélveme inmediatamente la gema.
Daba manotazos al aire, pero ni se acercaba a la ardilla, que se movía de lado en lado a gran velocidad. Tan ofuscado estaba con Soca, que pisó su túnica y aterrizó de narices contra el suelo. Los alaridos se doblaron, pues ya la tenía muy dolorida del mordisco. En ese momento el cuerno de Airis proyecto una luz igual que la del arco iris contra el suelo, y se empezó a formar la figura de un pequeño caballo, un potrillo al que se le notaba la forma de dos pequeñas alas y un diminuto cuerno.

-¡Ahora!

Al grito de Sandra los dos flautines y la flauta empezaron a sonar, una melodía de vida, de alegría, de amistad y de amor, una melodía capaz de atraer lo más bello de esta vida. Justo en ese momento Soca soltó el Ojo de Halcón por una pequeña grieta a pie del pilón donde se consumía el fuego negro.

-¡Idiotas !¿Que creéis que estáis haciendo? Seguís prisioneros y yo solo tendré que bajar a por la gema. Ahora si que os haré sufrir, a vosotros y a todas las personas que os importan. Mi cólera no tendrá fin y …..

No terminó la frase, un temblor de tierra se sentía cada vez más fuerte. Parecía que fuera a desencajar todas las piedras del castillo. Toda la magia de los flautines y de la flauta la absorbió el fuego negro, que la proyecto sobre el Ojo de Halcón. Este cayó en lo más profundo del pozo, en el lecho del gran río, que ya no estaba seco. El día anterior Sandra dejó la cantimplora abierta y echando agua. Fueron muchas horas y el agua fue avanzando, acumulando lo suficiente para que, con la magia de las flautas en la gema, el gran río encontrara el camino y la fuerza para regresar. Un impresionante chorro de agua reventó el pilón y apagó el fuego negro. Por todo el castillo empezó a correr el agua, inundando toda la pradera y haciendo retroceder los fuegos del centro de la tierra. Yortan solo lloraba viendo destruido todo el mal que había conseguido crear con sus engaños y celadas. Airis llegó con el gran río y liberó a todos antes que el agua les pudiera dañar en su encierro.
Gonzalo tocó el hombro de Sandra, cuando se volvió pudo observar como, esa luz que proyectaba el cuerno de Ténari tomaba una forma tangible, y el pequeño potro relinchaba y se levantaba de manos. Toda la habitación se llenó de colores, de la luz más pura que uno se puede imaginar. Un rayo de color azul turquesa, muy intenso, salió del cuerno de Sanay, que así era el nombre de la recién nacida, y se proyectó sobre el cuerno de su hermano y sobre los dos flautines que danzaban graciosos con vida propia por toda la sala. Delante de sus ojos, los dos hermanos crecían por momentos, pasando del tamaño de un pequeño ponny, al de dos caballos musculosos, grandes y poderosos, con unas enormes alas. Airis y Ténari se acercaron a los chicos.

-Os debemos mucho, si no llega a ser por vuestro ingenio y decisión el malvado de Yortan podría haber hecho un mal irreparable al mundo. Por eso, el consejo de los Declon ha decidido traspasaros algo de nuestro poder, y que ayudéis a Lerián y Sanay a mantener el equilibrio en este mundo.

Según terminaron de hablar sus cuerpos empezaron a transparentarse y viajaron a las estrellas junto a los suyos. Los chicos y su padre montaron a la grupa de sus amigos y regresaron a casa, donde su madre les esperaba libre ya del hechizo. No sería la única vez, cuando tuvieron que enfrentarse a la hechicera Margot también...bueno, eso es otra historia.


te felicito amigo,que buena imaginación,
un muy buen relato que atrae al lector
y lo transporta hasta cada paisaje
que describes magníficamente.
Muy bello cuento,un fuerte abrazo.
 
HERMOSO Javier....cada día sorprendes mas...con tu pluma. Es siempre un placer leerte ya que vas hilvanado poco a poco los relatos que al lector atrapan ....siendo cualquiera el tema ....ya espero mas ...jajjaja....un abrazo grande amigo....cariños Maru
 
El equilibrio del mundo, guaoooooooooo, toda una enseñanza a los niños, una entrega de magia, de emociones, de entretenimiento de valores, de sentimientos, de consejos, un gran cuento infantil, super divertido, que puedo decirte eres un escrito de las letras mágicas, el bien venciendo al mal, has cumplido cada regla cada parte de porque la prosa y la poesía infantil deben existir se emplea para eso, para divertir primero, para educar después, y tercero para fortalecer los valores y sentimientos de los niños para con la familia y para con los amigos, a la solidaridad y la convivencia donde el bien y lo positivo deben triunfar, osea todos los aspecto de la prosa infantil en tu maravillosos cuento, quiero leerte mas y mas jejejejejjej otro cuento otro cuento, yo quiero mas, yo si creoo que harás más yo si creo
 
Bueno, fin del relato... o no!
Javier, ha sido un bello cuento. Una historia narrada de manea casi personal, pues se detalla en la narración pasajes que parecen haber sido vividos por el autor, como si él mismo hubiera estado presente en los lugares descritos, como si hubiera vivido parte de su argumento.
Tengo que felicitarte por la impresionante labor realizada. Un cuento largo, con diversos y diferentes personajes, con varias tramas entrelazadas y muy bien llevadas. Para ello se requiere de una gran capacidad visual y retentiva de imágenes.
Sería un buen guión para algo más que un cuento.
Enhorabuena.
Tengo que darte el 10, y no me duelen prendas en reconocerlo. Creo que pocos se atreverían con algo así, y pocos más aún, desarrollar la escena de manera tan virtuosa.
Felicidades.
Saludos, y fuerte abrazo.
 

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