Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Al borde del espanto, gime el mundo. 
Cabalga el cruel Jinete de la Guerra.
Al trote del corcel tiembla la tierra
y el pánico se esparce tremebundo.
Es fétido su hedor, es nauseabundo.
Que peste de sepulcro y muerte encierra.
Pues torna la ambición la vida en perra,
matando este jardín bello y fecundo.
 
Caín mató a su hermano y la costumbre
se ve que por sus hijos fue adquirida;
a poco que les pinchen hacen lumbre
e incendian con fiereza fratricida
las tierras del vecino. Podredumbre
y vil desolación es esta vida.
¡Cuánta sangre vertida!
¡Por mor de las envidias y el dinero
matamos al afín y al forastero! 
Cabalga el cruel Jinete de la Guerra.
Al trote del corcel tiembla la tierra
y el pánico se esparce tremebundo.
Es fétido su hedor, es nauseabundo.
Que peste de sepulcro y muerte encierra.
Pues torna la ambición la vida en perra,
matando este jardín bello y fecundo.
Caín mató a su hermano y la costumbre
se ve que por sus hijos fue adquirida;
a poco que les pinchen hacen lumbre
e incendian con fiereza fratricida
las tierras del vecino. Podredumbre
y vil desolación es esta vida.
¡Cuánta sangre vertida!
¡Por mor de las envidias y el dinero
matamos al afín y al forastero! 
 
				 
 
		 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
 
		 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
 
		 
                                