Me pedías más belleza
aun teniendo la certeza
de que es imposible cambiar.
Requerías la aventura
o que surgiera la locura
que ocurriera de verdad;
una ocasión,
una oportunidad
que perdiendo el control
o quizás por casualidad
para culpar al destino
lo que ocurrió por fatalidad.
Los miedos no sacan barco del puerto
ni a los peces de la mar
ni para encontrar el momento perfecto
de llegar a enamorar.
Nadie camina seguro
y sin miedo a tropezar
por muchos zapatos que tenga
o que haga al suelo brillar.
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