Víctor
Moderador de Poesía Jocosa
Conozco exactamente el rumbo de mi nave,
y por lo mismo el viento también me favorece,
navego convencido, mi pecho se estremece,
pensando que en el puerto de amor tendré la llave.
 
Me siento entusiasmado y canto como el ave,
por todo lo que pasa y lo que me acontece,
sabiendo que en mi viaje la fe nunca decrece
y que con resplandores en toda mi alma cabe.
 
Por tanto ya deseo llegar a mi destino,
en donde a mí me espera la luz de otra alborada
que habrá de prodigarme su brillo diamantino.
 
Yo sé que Dios me guía con esa luz sagrada,
y así llegar dichoso al fin de mi camino
sabiendo que me esperas feliz y enamorada.
 
 
 
 
								y por lo mismo el viento también me favorece,
navego convencido, mi pecho se estremece,
pensando que en el puerto de amor tendré la llave.
Me siento entusiasmado y canto como el ave,
por todo lo que pasa y lo que me acontece,
sabiendo que en mi viaje la fe nunca decrece
y que con resplandores en toda mi alma cabe.
Por tanto ya deseo llegar a mi destino,
en donde a mí me espera la luz de otra alborada
que habrá de prodigarme su brillo diamantino.
Yo sé que Dios me guía con esa luz sagrada,
y así llegar dichoso al fin de mi camino
sabiendo que me esperas feliz y enamorada.
 
				 
 
		 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
 
		 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
 
		 
 
		 
                                