DR Jose Roberto Hernandez
Miembro Conocido
Carta de amor.
Querida tú:
Tú que languideces poco y que asustas al ócio; tú la mismísima imperfecta de mis días y noches; te escribo para decirte que has dejado mi corazón colgado la noche de ayer en el lugar donde debía brillar la luna y no me gusta verle solo.
Tú que no te cansas de tenderme el traje donde van los calcetines, que no has lavado el pañuelo único que tengo y que guarda esquirlas del pintalabios de hace años; ése lápiz que me tatuó los labios con el color del primer beso.
Cenicienta desobediénte, fémina desafiante de las brisas del norte, muñeca hermosa de mi vidriera; hoy tuve el deseo enorme de alcanzar el corazón que llevas prestado en tu alma, tomar una inmensa escalera y ponerlo en el cielo negro de ayer junto al mío mirar arriba y sonreirles junto a las estrellas.
Como hace un siglo de milésimas de segundos que no te veo, el extrañarte tanto llevó mi diestra a la pluma y a escribirte esta penosa carta
Con amor
Yo
Vampi
Querida tú:
Tú que languideces poco y que asustas al ócio; tú la mismísima imperfecta de mis días y noches; te escribo para decirte que has dejado mi corazón colgado la noche de ayer en el lugar donde debía brillar la luna y no me gusta verle solo.
Tú que no te cansas de tenderme el traje donde van los calcetines, que no has lavado el pañuelo único que tengo y que guarda esquirlas del pintalabios de hace años; ése lápiz que me tatuó los labios con el color del primer beso.
Cenicienta desobediénte, fémina desafiante de las brisas del norte, muñeca hermosa de mi vidriera; hoy tuve el deseo enorme de alcanzar el corazón que llevas prestado en tu alma, tomar una inmensa escalera y ponerlo en el cielo negro de ayer junto al mío mirar arriba y sonreirles junto a las estrellas.
Como hace un siglo de milésimas de segundos que no te veo, el extrañarte tanto llevó mi diestra a la pluma y a escribirte esta penosa carta
Con amor
Yo
Vampi
Adjuntos
-
4.4 KB Vistas: 0