Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Cuando llegas a viejo es más sensato
de amoríos dejarse pero quiero
revelarle, aunque sea al mundo entero,
que te adoro, chiquilla, sin recato.
 
Ya no soy aquel joven del retrato
que me dices te gusta, un treintañero,
pero sí puedo ser tu compañero
y mi amor puede serte hasta más grato.
 
Un amor sin pasión, tenlo eso en cuenta
que a mi edad el amor es diferente;
ya es tranquilo, calmado y ya no ostenta
 
el fulgor juvenil porque se siente
de una forma distinta, que contenta
te podrá o no dejar. Tenlo presente.
 
Pero olvida a la gente,
sobre todo a las lenguas viperinas.
Tú eres dueña de ti, no tus vecinas.
 
Ni siquiera, diría, de tu madre
aunque tenga muy buenas intenciones
y te cuente, cargada de razones,
que podría muy bien yo ser tu padre.
 
Esa cuenta es muy fácil que le cuadre,
bastará con restar; sin ecuaciones,
logaritmos, quebrados ni fracciones
que marean y causan un desmadre.
 
Deberás elegir con la cabeza
y sabiendo qué buscas, vida mía.
Tú que sabes rezar, cavila y reza
 
porque existe en el mundo una porfía
donde toda la gente se tropieza
y se rompe la crisma cualquier día.
 
Es la envidia su guía,
su estandarte, su lábaro y pendón
y te pueden herir el corazón.
de amoríos dejarse pero quiero
revelarle, aunque sea al mundo entero,
que te adoro, chiquilla, sin recato.
Ya no soy aquel joven del retrato
que me dices te gusta, un treintañero,
pero sí puedo ser tu compañero
y mi amor puede serte hasta más grato.
Un amor sin pasión, tenlo eso en cuenta
que a mi edad el amor es diferente;
ya es tranquilo, calmado y ya no ostenta
el fulgor juvenil porque se siente
de una forma distinta, que contenta
te podrá o no dejar. Tenlo presente.
Pero olvida a la gente,
sobre todo a las lenguas viperinas.
Tú eres dueña de ti, no tus vecinas.
Ni siquiera, diría, de tu madre
aunque tenga muy buenas intenciones
y te cuente, cargada de razones,
que podría muy bien yo ser tu padre.
Esa cuenta es muy fácil que le cuadre,
bastará con restar; sin ecuaciones,
logaritmos, quebrados ni fracciones
que marean y causan un desmadre.
Deberás elegir con la cabeza
y sabiendo qué buscas, vida mía.
Tú que sabes rezar, cavila y reza
porque existe en el mundo una porfía
donde toda la gente se tropieza
y se rompe la crisma cualquier día.
Es la envidia su guía,
su estandarte, su lábaro y pendón
y te pueden herir el corazón.
 
				 
 
		 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
 
		 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
 
		 
                                