Jurcan Uriarte Pontleca
Miembro Conocido
[FONT="] ¡DÍGALO CON FLORES…![/FONT]
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[FONT="]“--- Había tenido una velada difícil, pues el trabajo de todo el mes se estuvo acumulando y terminamos antes de la media noche. Esto no es frecuente, pero nuestro jefe nos pidió encarecidamente que dejáramos todo el trabajo terminado, ya que se tenía que rendir informe de fin de año. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“--- Una vez que se dio por terminado el dichoso trabajo, respiré profundamente, me levanté de mi asiento, estiré piernas y brazos y pensé: “ahora sí, a casita y a dormir”. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“… así es que…, amigos…, “¡hasta maña…! [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="] Pero no faltó la frase divina de un compañero, que en voz alta dijo: [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“--- ¡Hey! No es justo… ya nos dimos la soba…, “--- creo que esto merece un “trago”…[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="] “--- Además, mañana no se trabaja. “--- ¡Qué les parece, vamos a tomarnos algo, ---refiriéndose a las copas---, y después cada quien para su casa…[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="] “--- Como en coro, contestamos: “… ¡sale, vale! Y… diciendo y haciendo.[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“… Ni cuenta me di del tiempo, no recuerdo donde quedaron los demás, pues me encontraba caminando en una calle solitaria y grisácea por el frío. Empezaba a amanecer. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“--- Me palpé los bolsillos, saqué mi cartera y no encontré dinero. Realmente no recuerdo en qué lo gasté, ni para taxi me quedó. Pero, “debía llegar a casa, darle un beso a mi esposa, mirar a los niños y a dormir, quizás hasta medio día”. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“---Estaba muy distante de casa, pero tenía que llegar, tarde o temprano. La conciencia empezó a atosigarme y no bullía en mi cabeza algún pretexto de cómo llegar; “mi mujer, no iba a creer que toda la noche trabajé...” [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“---¿Qué hare´? “---¿Qué hare´? --- me repetía constantemente ---. “--- ¿Cómo le llegaré o qué le diré para que me crea? [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“--- Al cruzar una calle, mero en la parte del frente, había una florería, en su fachada, con colores llamativos y motivos florales, con letras garigoleadas decía: “DÍGALO CON FLORES”. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“--- Al conocer a mi esposa, tan noble y abnegada, además de sensible, se me ocurrió algo. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“--- ¡ Eh, ahí, la solución! [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“--- ¡Perra mi suerte! “--- No tenía un solo centavo y la florería estaba cerrada debido a la hora.[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="] Pensativo continué mi camino. Pero ¡Milagro de Dios! Dos calles, antes de llegar a casa había un “altar de la Virgen de Guadalupe”, adornado con flores y me dije: [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“---¡Cómo no se me ocurrió antes! ---en la ciudad y casi en cada calle es muy común ver este tipo de motivos religiosos---, y me animé a robarle a la virgencita unas flores, además eran para una causa noble, ni siquiera las escogí, sino que tomé el ramo que estaba a la mano, temiendo que alguien me fuera a reclamar. ¡Pero no!. Afortunadamente nadie dijo nada.[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="] Llegué con mi ramo de flores a casa, cuando los primeros rayos del sol alumbraban el balcón de mi pobre morada. Muy quitado de la pena traté de introducir la llave en la cerradura, pero al momento de abrir la puerta, por la parte de afuera vi una maleta, a un lado dos cajas de cartón amarradas con mecatillo y una bolsa negra para recolectar basura. Me picó la curiosidad y me asomé a la bolsa negra, en su interior estaban mis zapatos y parte de mi ropa. Ante mi asombro, apareció ella, semi cruzada de brazos y muy segura de sí misma. Yo, con cara de idiota, mecánicamente estiré los brazos y le entregué las flores, me las arrebató y me las arrojó a la cara. “--- Quise darle una explicación, pero no me salieron las palabras, no tenía yo argumento. Ella me dijo: “---¡Mírate cómo vienes: la camisa semi salida, los pantalones mal abrochados, despeinado y pintarrajeado del cuello y cara. “¡Es el colmo!...”--- ¡Esto es cada fin de semana ¡“--- ¿Alguna explicación?...[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“---¡Ni modo! Me estoy quedando con mi mamá. Haber como le hago para que me reciba nuevamente…”--- ¿Le llevaré un ramo de flores?...[/FONT]
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[FONT="]“--- Había tenido una velada difícil, pues el trabajo de todo el mes se estuvo acumulando y terminamos antes de la media noche. Esto no es frecuente, pero nuestro jefe nos pidió encarecidamente que dejáramos todo el trabajo terminado, ya que se tenía que rendir informe de fin de año. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“--- Una vez que se dio por terminado el dichoso trabajo, respiré profundamente, me levanté de mi asiento, estiré piernas y brazos y pensé: “ahora sí, a casita y a dormir”. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“… así es que…, amigos…, “¡hasta maña…! [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="] Pero no faltó la frase divina de un compañero, que en voz alta dijo: [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“--- ¡Hey! No es justo… ya nos dimos la soba…, “--- creo que esto merece un “trago”…[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="] “--- Además, mañana no se trabaja. “--- ¡Qué les parece, vamos a tomarnos algo, ---refiriéndose a las copas---, y después cada quien para su casa…[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="] “--- Como en coro, contestamos: “… ¡sale, vale! Y… diciendo y haciendo.[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“… Ni cuenta me di del tiempo, no recuerdo donde quedaron los demás, pues me encontraba caminando en una calle solitaria y grisácea por el frío. Empezaba a amanecer. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“--- Me palpé los bolsillos, saqué mi cartera y no encontré dinero. Realmente no recuerdo en qué lo gasté, ni para taxi me quedó. Pero, “debía llegar a casa, darle un beso a mi esposa, mirar a los niños y a dormir, quizás hasta medio día”. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“---Estaba muy distante de casa, pero tenía que llegar, tarde o temprano. La conciencia empezó a atosigarme y no bullía en mi cabeza algún pretexto de cómo llegar; “mi mujer, no iba a creer que toda la noche trabajé...” [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“---¿Qué hare´? “---¿Qué hare´? --- me repetía constantemente ---. “--- ¿Cómo le llegaré o qué le diré para que me crea? [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“--- Al cruzar una calle, mero en la parte del frente, había una florería, en su fachada, con colores llamativos y motivos florales, con letras garigoleadas decía: “DÍGALO CON FLORES”. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“--- Al conocer a mi esposa, tan noble y abnegada, además de sensible, se me ocurrió algo. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“--- ¡ Eh, ahí, la solución! [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“--- ¡Perra mi suerte! “--- No tenía un solo centavo y la florería estaba cerrada debido a la hora.[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="] Pensativo continué mi camino. Pero ¡Milagro de Dios! Dos calles, antes de llegar a casa había un “altar de la Virgen de Guadalupe”, adornado con flores y me dije: [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“---¡Cómo no se me ocurrió antes! ---en la ciudad y casi en cada calle es muy común ver este tipo de motivos religiosos---, y me animé a robarle a la virgencita unas flores, además eran para una causa noble, ni siquiera las escogí, sino que tomé el ramo que estaba a la mano, temiendo que alguien me fuera a reclamar. ¡Pero no!. Afortunadamente nadie dijo nada.[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="] Llegué con mi ramo de flores a casa, cuando los primeros rayos del sol alumbraban el balcón de mi pobre morada. Muy quitado de la pena traté de introducir la llave en la cerradura, pero al momento de abrir la puerta, por la parte de afuera vi una maleta, a un lado dos cajas de cartón amarradas con mecatillo y una bolsa negra para recolectar basura. Me picó la curiosidad y me asomé a la bolsa negra, en su interior estaban mis zapatos y parte de mi ropa. Ante mi asombro, apareció ella, semi cruzada de brazos y muy segura de sí misma. Yo, con cara de idiota, mecánicamente estiré los brazos y le entregué las flores, me las arrebató y me las arrojó a la cara. “--- Quise darle una explicación, pero no me salieron las palabras, no tenía yo argumento. Ella me dijo: “---¡Mírate cómo vienes: la camisa semi salida, los pantalones mal abrochados, despeinado y pintarrajeado del cuello y cara. “¡Es el colmo!...”--- ¡Esto es cada fin de semana ¡“--- ¿Alguna explicación?...[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]“---¡Ni modo! Me estoy quedando con mi mamá. Haber como le hago para que me reciba nuevamente…”--- ¿Le llevaré un ramo de flores?...[/FONT]