Jorge Toro
Miembro Conocido
Ayer publicó tu retrato
el periódico principal,
ataviada con bello ornato
casándote con mi rival.
Finalmente te conquistó
y se hizo patrón de tus besos,
porque tu candor claudicó
ante su apellido y sus pesos.
Yo te amaba de un modo tal
como nadie amarte podría,
pero, en pelea desigual,
elegiste al que más tenía.
Todavía evoco el pasado
y las noches en que te amé…
igual el lugar desgraciado
donde yo te lo presenté.
Le agradaste y sin miramiento
pronto te empezó a cortejar,
sin respeto a mi sentimiento
y tú… te dejaste llevar.
En pocos días tanto amor
al que me dediqué por años
perdió su sereno esplendor,
convirtiéndose en desengaños.
Sucumbiste a tanto requiebro,
a su patrimonio y poder;
y, desatendiendo al cerebro,
la ambición te logró vencer.
2
De verdad no creo persista
el fresco de tus azahares,
verás que tu mercantilista
te compensará con pesares.
Sabes(?), dejó otras mujeres
después de colmar sus deseos;
y abusando de sus poderes
las abandonó sin rodeos.
Por ambos lástima me embarga,
lo digo por mí y por ti,
mi congoja será muy larga
y efímero tu Potosí.
Unos años más adelante,
si llegásemos a encontrarnos,
tal vez el sereno menguante
nos aconseje perdonarnos.
Tú perdonarás mi impotencia
para retenerte a mi lado,
yo perdonaré tu insolencia
por el falso paso que has dado.
3
Yo quisiera dejarte atrás
quemando mi ayer en el fuego
y que este dolor que me das
alcance en las llamas sosiego.
Pero será un esfuerzo vano,
ni con fuego te olvidaré,
un día con tu propia mano
en mi corazón te tatué.
el periódico principal,
ataviada con bello ornato
casándote con mi rival.
Finalmente te conquistó
y se hizo patrón de tus besos,
porque tu candor claudicó
ante su apellido y sus pesos.
Yo te amaba de un modo tal
como nadie amarte podría,
pero, en pelea desigual,
elegiste al que más tenía.
Todavía evoco el pasado
y las noches en que te amé…
igual el lugar desgraciado
donde yo te lo presenté.
Le agradaste y sin miramiento
pronto te empezó a cortejar,
sin respeto a mi sentimiento
y tú… te dejaste llevar.
En pocos días tanto amor
al que me dediqué por años
perdió su sereno esplendor,
convirtiéndose en desengaños.
Sucumbiste a tanto requiebro,
a su patrimonio y poder;
y, desatendiendo al cerebro,
la ambición te logró vencer.
2
De verdad no creo persista
el fresco de tus azahares,
verás que tu mercantilista
te compensará con pesares.
Sabes(?), dejó otras mujeres
después de colmar sus deseos;
y abusando de sus poderes
las abandonó sin rodeos.
Por ambos lástima me embarga,
lo digo por mí y por ti,
mi congoja será muy larga
y efímero tu Potosí.
Unos años más adelante,
si llegásemos a encontrarnos,
tal vez el sereno menguante
nos aconseje perdonarnos.
Tú perdonarás mi impotencia
para retenerte a mi lado,
yo perdonaré tu insolencia
por el falso paso que has dado.
3
Yo quisiera dejarte atrás
quemando mi ayer en el fuego
y que este dolor que me das
alcance en las llamas sosiego.
Pero será un esfuerzo vano,
ni con fuego te olvidaré,
un día con tu propia mano
en mi corazón te tatué.