Jurcan Uriarte Pontleca
Miembro Conocido
El milagro de “ SANTA PROSTI” [FONT="]Tacho, tenía un vecino llamado Manuel. Nadie lo llamaba por su nombre, de él mismo salió que le llamaran “Cleofas”. Éste, era conductor de un camión de transporte de pasajeros denominada “Teziutecos”, (línea de transporte público que hacía un recorrido desde Puebla hasta el norte de Veracruz y sur de Tamaulipas).[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="] [/FONT][FONT="]Un domingo del mes de julio de 1974, Tacho, Cleofas y otros individuos se reunieron para “cotorrear”. Al día siguiente, Cleofas, tenía una corrida para Tampico, Tamaulipas y se despidió para descansar, antes ya había invitado a Tacho a que lo acompañara, éste aceptó y se pusieron de acuerdo. A las seis de la mañana del día siguiente, llegó Cleofas, tocó el claxon de su vehículo y Tacho salió de inmediato, no sin antes despedirse de la familia y la respectiva bendición de su señora madre; tenían que estar en la terminal media hora antes, ya que la salida era a las siete de la mañana. [/FONT] [FONT="] [/FONT]
[FONT="]A bordo del autobús, Cleofas, acondicionó un asiento junto a él. En el trayecto iban platicando, cantando para no sentir el tedio del recorrido e iban haciendo pequeñas escalas en las poblaciónes de paso. Hicieron planes a futuro, hablaron de buenos y malos ratos y amores, etc.; aproximadamente a las seis de la tarde el autobús llegó a San Rafael Veracruz., ahí era la etapa intermedia de su recorrido a Tampico, Tamaulipas; Cleofas, se reportó, “entregó corrida”, y se fueron al hotel, lugar que tenía destinado por ser cliente constante. Descansaron un rato, se bañaron y mientras lo hacían le dijo a Tacho: “…te voy a llevar a un “congal” (sinónimo de prostíbulo, burdel, etc.), te vas a divertir, ¡ya verás!… Pasadas las diez de la noche, nuestros personajes se dirigieron a la “zona de tolerancia”, donde se ubicaba dicho “congal”. Llegando al lugar, varias personas, identificaron a Cleofas, pues era cliente conocido y los atendieron de inmediato. En aquellos lugares, se servía una bebida conocida como “caña, (aguardiente obtenido de la caña de azúcar), ya que el lugar estaba rodeado de ingenios azucareros. El muro de la entrada del “congal”, en lo que correspondía a la cantina, estaba cubierto por un espejo grande; la superficie de la barra cubierta de madera desgastada. Al fondo, una espacio a manera de pista donde acudían a bailar aquellos que ya habían encontrado pareja (fichera), ya que el prostíbulo estaba invadido por damas que obtenían un pago por ingerir bebida, bailar o por tener un servicio de carácter sexual. Todo el galerón estaba iluminado y al fondo el estrado para los músicos. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Acomodados en un lugar, dizque especial, ---por ser “fuereños”---, Cleofas pidió una botella de caña, hielo, limones, agua mineral y refresco de toronja. Empezaron a brindar por todo lo que fuera, la cuestión era divertirse. A los pocos minutos arribaron unas damas a ofrecer sus servicios pero no las aceptaron. Según Cleofas, tenía que hacer su salida a temprana hora y se suponía que nada más un rato estarían en el ”congal”.[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Una vez, animado el ambiente, en la mesa contigua se encontraba un caballero solitario, delgado, serio, tipo citadino. En cada brindis, cuando alguno de nuestros personajes volteaba, esta persona levantaba su vaso y brindaba con ellos desde lejos. Dicha persona aparentaba ser educada, porque a Cleofas se le notaba lo pelado a simple vista, --- además era muy mal hablado, en pocas palabras “lépero), pero simpático---. Al calor del aguardiente, el vecino de mesa se acercó y le dijo a nuestros personajes que si le permitían convivir con ellos, Cleofas, le dijo, ¡Claro que sí “mano”, vente con nosotros! Antes de sentarse, él, se presentó como Francisco ---dijo sus apellidos, pero no se escuchó por el alboroto de ahí, y se formó el trío---. Se sirvió más bebida y al calor de las copas hubo chistes y todo lo que sale en ese tipo de ambiente. A Cleofas se le ocurrió decirle al reciente amigo: ----- “…¿oye, qué te parece y vamos a Martínez de la Torre, (población cercana a San Rafael Veracruz), “…¿conoces por ahí, ---le preguntó a Francisco…, “…éste contestó simplemente, --- “sí”… “…Pues vamos, ¡qué jijos de la +$%&/&/((, “…para que conozca Tacho…”. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Salieron del lugar dando traspiés, habían ingerido mucho, sin embargo, Cleofas, quería seguir el ambiente. Fuera de ahí solicitaron un coche de alquiler y convenido el precio lo abordaron para dirigirse a Martínez de la Torre. Cleofas se sentó junto al chofer, Tacho y Francisco en el asiento trasero del vehículo. Iban cantando y gritando una serie de palabrotas y tonterías, sobre todo Cleofas. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Habían transcurrido algunos minutos de haber emprendido el viaje, hacia Martínez de la Torre, cuando volteó Cleofas, para hacer una pregunta a Tacho y, poniendo una cara ridícula, caricaturesca y estúpida, miró a Francisco y le preguntó: [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]---“…¿Oye tú, “… qué jijos de la +$%&/&/(·”/?&%, haces aquí?, “…¿quien +$%&/&/((, te invitó?… “… ¡vete mucho a la +$%&/&/((, “…pero aquí te bajas, hijo de la ch%·$/&%$!…” [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Tacho y el chofer se sorprendieron, pues tenían pocos minutos que haber convivido y de momento lo desconoció, [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Tacho le dijo a Cleofas: --- ”…¡Oye!, él es Francisco y ha estado brindando con nosotros desde hace rato…, contestando éste:”…[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]--- “… ¡No es mi amigo…, “…¡yo ni lo conozco,,,, “…! bájate jijo de la +$%&/&/((, o te bajo a madrazos!...”. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Por la discusión no se dieron cuenta que habían llegado al “congal” de Martínez de la Torre, Veracruz. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Cleofas, mantenía acalorada discusión, además del escándalo cuando bajaron del vehículo, ---naturalmente con las amenazas y la intención de golpear a Francisco---. Tacho, trataba de impedir que esto sucediera. Francisco, en ningún momento, se dio por ofendido ni trató de responder a la provocación.[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Habían transcurrido unos minutos de llegar al “congal”, y por el escándalo, un individuo salió del lugar y al ver a los protagonistas de la bronca gritó a todo lo que daban sus pulmones: [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]--- “…¡Hey! Aquí está el profesor Francisco y un hijo de la ch%$”?&%, quiere pegarle…”. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Inmediatamente salieron más de cincuenta personas que se encontraban en “congal”; al parecer se trataba de cañeros, porque sus ropas estaban, negruscas, --- sucias por el tizne que deja el corte y quema de la caña de azúcar ---, la mayoría de ellos portaban machetes y los sacaron a relucir, tratando de agredir a Cleofas y evitar que éste golpeara al profesor Francisco. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]A Tacho se le bajó la embriaguez debido a la situación ---le preocupaba la magnitud del problema y no sabía si llorar o correr---. Tacho miraba y el profesor, por más que quería explicarle a los cañeros que se trataba de un mal entendido, ellos no lo entendían así. Cleofas, ebrio, seguía insultándolo. Tacho, se percató que un individuo tenía una guitarra y casi se la arrebató para ejecutar alguna canción, para distraer y calmar los ánimos de los defensores del profesor, pero fue en vano, ni lo tomaron en cuenta. La situación estaba a punto de convertirse en tragedia, porque los cañeros, al parecer, estimaban al profesor Francisco y a toda costa lo defenderían. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Entonces sucedió algo increíble: en ese momento llegó una dama --- de tez morena, baja de estatura, quien calzaba chanclas corrientes de plástico color café, ya deterioradas, cabello negro, corto y ajado; complexión robusta, (tirándole a obesa); fisonomía tosca, sin facciones refinadas; de unos 80 kilogramos, de peso, aproximadamente y más o menos 45 años edad---, y gritó:[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]--- “…¡Qui´ubo, jijos de la +$%&/&/((,.. “…¡ya llegó su mamacita…, “…¡Órale bola de ca+$%&/&/((…, “…vénganse para acá…”. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Como un milagro, los cañeros se tranquilizaron y siguieron a la dama como corderitos. Cleofas, se tranquilizó y tomó asiento sin decir nada, --- estaba más dormido que despierto por la embriaguez---. Tacho se dirigió a uno de los empleados del “congal” y le preguntó “el por qué de ese milagro y la fuerza de atracción de la dama” éste le platicó que Francisco, era profesor de la Secundaria de ese lugar, que era muy estimado y respetado por todos. Tacho no quería dar crédito a lo sucedido ---para tranquilizarse, pidió una soda---, ya sentado, se percató de que en el rincón del “congal” había un cuarto con una puerta de metal, amarillenta y despintada por el tiempo, afuera de dicho cuarto se encontraban en fila más de veinte individuos esperando turno. Tacho, mirando de reojo a la persona con quien platicaba le preguntó por la dama que llegó en el momento crucial, éste le contestó, y le dijo que se llamaba Zoila, ---con picardía, un gesto y una seña obscena---, le dio a entender que ella era una experta en cuestiones sexuales, además, a la mayoría les fiaba sus servicio, hasta el día de paga. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Pasados los años, Tacho, rememora aquel acontecimiento que pudo convertirse en tragedia; aun siente fresco el recuerdo de aquella dama llamada “Zoila”, que gracias a su presencia y sus cualidades para hacer el amor y que con sólo un grito logró atraer a una “turba”, que al parecer, estaban dispuestos a masacrar a un individuo que atentaba contra una persona estimada por ellos. Tacho, la consideró merecedora de un reconocimiento como mujer, además la miró como “santa”, por el acontecimiento y los cañeros “bella”. Gracias a su oficio, realizó el milagro de contener a más de cincuenta cañeros encolerizados, armados con machetes y a punto de originar una masacre. Lo demás queda a criterio propio… [/FONT][FONT="][/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="] [/FONT]
[FONT="]A bordo del autobús, Cleofas, acondicionó un asiento junto a él. En el trayecto iban platicando, cantando para no sentir el tedio del recorrido e iban haciendo pequeñas escalas en las poblaciónes de paso. Hicieron planes a futuro, hablaron de buenos y malos ratos y amores, etc.; aproximadamente a las seis de la tarde el autobús llegó a San Rafael Veracruz., ahí era la etapa intermedia de su recorrido a Tampico, Tamaulipas; Cleofas, se reportó, “entregó corrida”, y se fueron al hotel, lugar que tenía destinado por ser cliente constante. Descansaron un rato, se bañaron y mientras lo hacían le dijo a Tacho: “…te voy a llevar a un “congal” (sinónimo de prostíbulo, burdel, etc.), te vas a divertir, ¡ya verás!… Pasadas las diez de la noche, nuestros personajes se dirigieron a la “zona de tolerancia”, donde se ubicaba dicho “congal”. Llegando al lugar, varias personas, identificaron a Cleofas, pues era cliente conocido y los atendieron de inmediato. En aquellos lugares, se servía una bebida conocida como “caña, (aguardiente obtenido de la caña de azúcar), ya que el lugar estaba rodeado de ingenios azucareros. El muro de la entrada del “congal”, en lo que correspondía a la cantina, estaba cubierto por un espejo grande; la superficie de la barra cubierta de madera desgastada. Al fondo, una espacio a manera de pista donde acudían a bailar aquellos que ya habían encontrado pareja (fichera), ya que el prostíbulo estaba invadido por damas que obtenían un pago por ingerir bebida, bailar o por tener un servicio de carácter sexual. Todo el galerón estaba iluminado y al fondo el estrado para los músicos. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Acomodados en un lugar, dizque especial, ---por ser “fuereños”---, Cleofas pidió una botella de caña, hielo, limones, agua mineral y refresco de toronja. Empezaron a brindar por todo lo que fuera, la cuestión era divertirse. A los pocos minutos arribaron unas damas a ofrecer sus servicios pero no las aceptaron. Según Cleofas, tenía que hacer su salida a temprana hora y se suponía que nada más un rato estarían en el ”congal”.[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Una vez, animado el ambiente, en la mesa contigua se encontraba un caballero solitario, delgado, serio, tipo citadino. En cada brindis, cuando alguno de nuestros personajes volteaba, esta persona levantaba su vaso y brindaba con ellos desde lejos. Dicha persona aparentaba ser educada, porque a Cleofas se le notaba lo pelado a simple vista, --- además era muy mal hablado, en pocas palabras “lépero), pero simpático---. Al calor del aguardiente, el vecino de mesa se acercó y le dijo a nuestros personajes que si le permitían convivir con ellos, Cleofas, le dijo, ¡Claro que sí “mano”, vente con nosotros! Antes de sentarse, él, se presentó como Francisco ---dijo sus apellidos, pero no se escuchó por el alboroto de ahí, y se formó el trío---. Se sirvió más bebida y al calor de las copas hubo chistes y todo lo que sale en ese tipo de ambiente. A Cleofas se le ocurrió decirle al reciente amigo: ----- “…¿oye, qué te parece y vamos a Martínez de la Torre, (población cercana a San Rafael Veracruz), “…¿conoces por ahí, ---le preguntó a Francisco…, “…éste contestó simplemente, --- “sí”… “…Pues vamos, ¡qué jijos de la +$%&/&/((, “…para que conozca Tacho…”. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Salieron del lugar dando traspiés, habían ingerido mucho, sin embargo, Cleofas, quería seguir el ambiente. Fuera de ahí solicitaron un coche de alquiler y convenido el precio lo abordaron para dirigirse a Martínez de la Torre. Cleofas se sentó junto al chofer, Tacho y Francisco en el asiento trasero del vehículo. Iban cantando y gritando una serie de palabrotas y tonterías, sobre todo Cleofas. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Habían transcurrido algunos minutos de haber emprendido el viaje, hacia Martínez de la Torre, cuando volteó Cleofas, para hacer una pregunta a Tacho y, poniendo una cara ridícula, caricaturesca y estúpida, miró a Francisco y le preguntó: [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]---“…¿Oye tú, “… qué jijos de la +$%&/&/(·”/?&%, haces aquí?, “…¿quien +$%&/&/((, te invitó?… “… ¡vete mucho a la +$%&/&/((, “…pero aquí te bajas, hijo de la ch%·$/&%$!…” [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Tacho y el chofer se sorprendieron, pues tenían pocos minutos que haber convivido y de momento lo desconoció, [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Tacho le dijo a Cleofas: --- ”…¡Oye!, él es Francisco y ha estado brindando con nosotros desde hace rato…, contestando éste:”…[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]--- “… ¡No es mi amigo…, “…¡yo ni lo conozco,,,, “…! bájate jijo de la +$%&/&/((, o te bajo a madrazos!...”. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Por la discusión no se dieron cuenta que habían llegado al “congal” de Martínez de la Torre, Veracruz. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Cleofas, mantenía acalorada discusión, además del escándalo cuando bajaron del vehículo, ---naturalmente con las amenazas y la intención de golpear a Francisco---. Tacho, trataba de impedir que esto sucediera. Francisco, en ningún momento, se dio por ofendido ni trató de responder a la provocación.[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Habían transcurrido unos minutos de llegar al “congal”, y por el escándalo, un individuo salió del lugar y al ver a los protagonistas de la bronca gritó a todo lo que daban sus pulmones: [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]--- “…¡Hey! Aquí está el profesor Francisco y un hijo de la ch%$”?&%, quiere pegarle…”. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Inmediatamente salieron más de cincuenta personas que se encontraban en “congal”; al parecer se trataba de cañeros, porque sus ropas estaban, negruscas, --- sucias por el tizne que deja el corte y quema de la caña de azúcar ---, la mayoría de ellos portaban machetes y los sacaron a relucir, tratando de agredir a Cleofas y evitar que éste golpeara al profesor Francisco. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]A Tacho se le bajó la embriaguez debido a la situación ---le preocupaba la magnitud del problema y no sabía si llorar o correr---. Tacho miraba y el profesor, por más que quería explicarle a los cañeros que se trataba de un mal entendido, ellos no lo entendían así. Cleofas, ebrio, seguía insultándolo. Tacho, se percató que un individuo tenía una guitarra y casi se la arrebató para ejecutar alguna canción, para distraer y calmar los ánimos de los defensores del profesor, pero fue en vano, ni lo tomaron en cuenta. La situación estaba a punto de convertirse en tragedia, porque los cañeros, al parecer, estimaban al profesor Francisco y a toda costa lo defenderían. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Entonces sucedió algo increíble: en ese momento llegó una dama --- de tez morena, baja de estatura, quien calzaba chanclas corrientes de plástico color café, ya deterioradas, cabello negro, corto y ajado; complexión robusta, (tirándole a obesa); fisonomía tosca, sin facciones refinadas; de unos 80 kilogramos, de peso, aproximadamente y más o menos 45 años edad---, y gritó:[/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]--- “…¡Qui´ubo, jijos de la +$%&/&/((,.. “…¡ya llegó su mamacita…, “…¡Órale bola de ca+$%&/&/((…, “…vénganse para acá…”. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Como un milagro, los cañeros se tranquilizaron y siguieron a la dama como corderitos. Cleofas, se tranquilizó y tomó asiento sin decir nada, --- estaba más dormido que despierto por la embriaguez---. Tacho se dirigió a uno de los empleados del “congal” y le preguntó “el por qué de ese milagro y la fuerza de atracción de la dama” éste le platicó que Francisco, era profesor de la Secundaria de ese lugar, que era muy estimado y respetado por todos. Tacho no quería dar crédito a lo sucedido ---para tranquilizarse, pidió una soda---, ya sentado, se percató de que en el rincón del “congal” había un cuarto con una puerta de metal, amarillenta y despintada por el tiempo, afuera de dicho cuarto se encontraban en fila más de veinte individuos esperando turno. Tacho, mirando de reojo a la persona con quien platicaba le preguntó por la dama que llegó en el momento crucial, éste le contestó, y le dijo que se llamaba Zoila, ---con picardía, un gesto y una seña obscena---, le dio a entender que ella era una experta en cuestiones sexuales, además, a la mayoría les fiaba sus servicio, hasta el día de paga. [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="]Pasados los años, Tacho, rememora aquel acontecimiento que pudo convertirse en tragedia; aun siente fresco el recuerdo de aquella dama llamada “Zoila”, que gracias a su presencia y sus cualidades para hacer el amor y que con sólo un grito logró atraer a una “turba”, que al parecer, estaban dispuestos a masacrar a un individuo que atentaba contra una persona estimada por ellos. Tacho, la consideró merecedora de un reconocimiento como mujer, además la miró como “santa”, por el acontecimiento y los cañeros “bella”. Gracias a su oficio, realizó el milagro de contener a más de cincuenta cañeros encolerizados, armados con machetes y a punto de originar una masacre. Lo demás queda a criterio propio… [/FONT][FONT="][/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="] [/FONT] [FONT="] [/FONT]
