margui
Miembro Conocido
Ciega de emociones,
me repliego a este santuario
donde las joyas más preciosas
destellan su pureza.
Mi corazón da un vuelco
y se derrama lava hirviente,
es el pasado,
a su paso arrasador
se funden los brillantes.
Los grises de mi aliento se esfuman,
solo el blanco, de prístina pureza,
titila en el oriente de las perlas.
El final se abre paso,
nadie llora.
Enervante, es la catarsis;
sueños, tan solo han sido
aunque puedan ser llamados pesadillas.
Al fin se libra gran batalla
entre caras de moneda
y ambas ganan.
me repliego a este santuario
donde las joyas más preciosas
destellan su pureza.
Mi corazón da un vuelco
y se derrama lava hirviente,
es el pasado,
a su paso arrasador
se funden los brillantes.
Los grises de mi aliento se esfuman,
solo el blanco, de prístina pureza,
titila en el oriente de las perlas.
El final se abre paso,
nadie llora.
Enervante, es la catarsis;
sueños, tan solo han sido
aunque puedan ser llamados pesadillas.
Al fin se libra gran batalla
entre caras de moneda
y ambas ganan.
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