Carlos Ariel Albornoz
Miembro Conocido
HAY UN LUGAR EN EL CIELO (Décimas).
"Se está produciendo un reventón de estrellas. ¡Si parece que Pachamama colgara del cielo, en cada atardecer, las espuelas de todos los gauchos que desertaron de la vida!" Atahualpa Yupanqui
___________________________________
Hay un lugar en el cielo
donde lucen sus rodajas
los gauchos que, sin mortajas,
abonaron nuestro suelo.
Allí encontrarán consuelo
del galope en las arenas,
al colgar las nazarenas
sobre un ocaso barcino,
para alumbrar el camino
de todas las almas buenas.
Canta el viento sus reproches,
es su mudanza una brisa,
entre bailes se desliza
el matorral de las noches.
Y Pachamama ¡sin broches!
hace del cielo un tendal;
en la espesura abisal
de mi curtida alma criolla,
corto del lazo una argolla
para librarme del mal.
Hay otro lazo extendido
para el oscuro telón,
que cae como malón,
cuando el Inti ya ha partido.
Por el baquiano perdido,
que no le acierta a las huellas,
en un reventón de estrellas
¡la noche se vuelve día!
y de ese modo lo guía
orientándole con ellas.
Carlos Ariel Albornoz
Oliva, Córdoba, Argentina.
"Se está produciendo un reventón de estrellas. ¡Si parece que Pachamama colgara del cielo, en cada atardecer, las espuelas de todos los gauchos que desertaron de la vida!" Atahualpa Yupanqui
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Hay un lugar en el cielo
donde lucen sus rodajas
los gauchos que, sin mortajas,
abonaron nuestro suelo.
Allí encontrarán consuelo
del galope en las arenas,
al colgar las nazarenas
sobre un ocaso barcino,
para alumbrar el camino
de todas las almas buenas.
Canta el viento sus reproches,
es su mudanza una brisa,
entre bailes se desliza
el matorral de las noches.
Y Pachamama ¡sin broches!
hace del cielo un tendal;
en la espesura abisal
de mi curtida alma criolla,
corto del lazo una argolla
para librarme del mal.
Hay otro lazo extendido
para el oscuro telón,
que cae como malón,
cuando el Inti ya ha partido.
Por el baquiano perdido,
que no le acierta a las huellas,
en un reventón de estrellas
¡la noche se vuelve día!
y de ese modo lo guía
orientándole con ellas.
Carlos Ariel Albornoz
Oliva, Córdoba, Argentina.
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