Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
No me importa tu apariencia,
este amor es muy distinto,
no lo domina el instinto
sino tu gran inocencia.
Porque sé, por experiencia
de otros amores lejanos
que se fueron de mis manos,
que más vale un alma pura.
Pues la belleza no dura
más que unos pocos veranos.
Por eso es que no me importa
una figura atractiva,
no pienses que me motiva
ni nada a mi amor le aporta.
Si mi vida ha de ser corta,
por cuestiones de mi edad,
ya no busco una beldad,
pues busco una compañera
que me dé en su primavera
su cariño por piedad.
Piedad de este pobre viejo
que se mostró en su vejez
capaz de amar otra vez
sin tener ningún complejo.
Otro, igual, en mi pellejo
de otra manera pensara
y en su pensar se quedara
diciendo que eran podencos,
porque los hay muy flamencos,
hasta que el galgo llegara.
Yo no discuto y prefiero
la belleza tan serena
del alma de mi morena
a un gran caudal de dinero.
¿El porqué? Siendo ligero
pesa poco el equipaje.
Más cómodo será el viaje
que pronto habré de emprender.
Por eso afirmo, mujer,
que es mejor menos bagaje.
Así que vive contenta,
ni a Venus tengas envidia
porque en tu amor no hay perfidia
ni existe pasión violenta.
Solamente ten en cuenta
que mi amor es bien sincero.
Por eso, al decir ¡te quiero!
lo digo con todo el alma,
pues has devuelto la calma
al galán aventurero.
Y ése es el mayor regalo
que nadie pudiera hacerme.
Dedícate tú a quererme,
porque lo mismo te igualo.
Verás como nada malo
ha de surgir de este amor.
Tendrás que tener valor
pues la espera será larga
y a la postre, si es amarga,
pueda causarte dolor.
este amor es muy distinto,
no lo domina el instinto
sino tu gran inocencia.
Porque sé, por experiencia
de otros amores lejanos
que se fueron de mis manos,
que más vale un alma pura.
Pues la belleza no dura
más que unos pocos veranos.
Por eso es que no me importa
una figura atractiva,
no pienses que me motiva
ni nada a mi amor le aporta.
Si mi vida ha de ser corta,
por cuestiones de mi edad,
ya no busco una beldad,
pues busco una compañera
que me dé en su primavera
su cariño por piedad.
Piedad de este pobre viejo
que se mostró en su vejez
capaz de amar otra vez
sin tener ningún complejo.
Otro, igual, en mi pellejo
de otra manera pensara
y en su pensar se quedara
diciendo que eran podencos,
porque los hay muy flamencos,
hasta que el galgo llegara.
Yo no discuto y prefiero
la belleza tan serena
del alma de mi morena
a un gran caudal de dinero.
¿El porqué? Siendo ligero
pesa poco el equipaje.
Más cómodo será el viaje
que pronto habré de emprender.
Por eso afirmo, mujer,
que es mejor menos bagaje.
Así que vive contenta,
ni a Venus tengas envidia
porque en tu amor no hay perfidia
ni existe pasión violenta.
Solamente ten en cuenta
que mi amor es bien sincero.
Por eso, al decir ¡te quiero!
lo digo con todo el alma,
pues has devuelto la calma
al galán aventurero.
Y ése es el mayor regalo
que nadie pudiera hacerme.
Dedícate tú a quererme,
porque lo mismo te igualo.
Verás como nada malo
ha de surgir de este amor.
Tendrás que tener valor
pues la espera será larga
y a la postre, si es amarga,
pueda causarte dolor.
