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La fuente de los deseos

LA FUENTE DE LOS DESEOS


Erase una vez un hombre
que tenía veintinueve
y estaba en depresión leve;
No revelaré su nombre
para que nadie se asombre.
El hecho es que el paisano
no era de lo más sano,
coleccionista de tanques...
...de bolígrafos, arranques
que eran bastante en vano.


Se consideraba feo
y no asomaba ni un pelo
aunque fuera su anhelo;
No estaba en apogeo
el hipócrita y reo,
porque repleto de granos,
los que no eran muy llanos,
lo hacían ocultarse,
pues quería operarse
desde los pies a sus manos.


Nunca se comunicaba
con nadie, ni su mentor,
sabiéndose un perdedor;
Y solamente buscaba
aislarse...¡no la prestaba!
Mujeres no conocía
para saciar su fantasía,
jamás había tocado...
¡Bueno, ya saben!, Picado
algo que diera alegría.


Un día viendo en su casa
encontró unos papeles
ocultos entre unas pieles,
y sentado en la terraza,
¡Parecía una masa!,
leyendo uno de ellos
hubo en su alma destellos.
Gritó fuerte:_ ¡Un tesoro!
Desde ahora me adoro,
¡Afortunado! ¡Plebeyos!


“El primer hombre que llegue
a punto de cumplir treinta,
y siempre que eso sienta,
tire una moneda y pegue,
tendrá tres deseos. ¡Juegue!
Es la fuente de la vida
que se encuentra perdida,
deberá usted buscarla,
recorrer para hallarla.”
Decía la hoja leída.


El joven salió hacia el mundo,
montañas, praderas y ríos,
-y en su haber calor y fríos-,
cruzaba meditabundo
con un deseo profundo...
Dar con la fuente dichosa
que creía una diosa,
cambiar su imagen horrenda
y lanzar como una ofrenda
una moneda virtuosa.


Varios meses tomó el viaje
dando con su paradero.
Allí estaba el agujero
leído en el mensaje.
¡Llegar todo un coraje!
Ni un centavo en su bolsillo
tenía al llegar... el pillo;
Y en su desesperación
encontró una porción
de algo que irradiaba brillo.


Era un chanchito alcancía
y una moneda en su panza,
que fue la esperanza
iluminando su día.
Tomó lo que contenía
y lo arrojó al espacio;
Se acercó al hoyo despacio,
y de espaldas a la fuente
los deseos pensó urgente
invocando a San Ignacio.


_ Deseo verme atractivo,
rodearme de mujeres
y viajar, si eso pudieres.
Dando al objetivo
fue un momento decisivo.
Se sentó para esperar
sin la vista levantar,
y a los pocos instantes...
¡Puff! Luces impresionantes
lo hicieron ilusionar.


Elevando su mirada,
en él nada había cambiado,
pero vio a su costado
terrible alborotada
en el medio de la nada.
Cubriendo el panorama,
automóvil de alta gama,
y mujeres alrededor
admirando su motor.
¡¡El chanchito hizo la fama!!

Ángel César Cocuzza.
 
Última edición:

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
LA FUENTE DE LOS DESEOS


Erase una vez un hombre
que tenía veintinueve
y estaba en depresión leve;
No revelaré su nombre
para que nadie se asombre.
El hecho es que el paisano
no era de lo más sano,
coleccionista de tanques...
...de bolígrafos, arranques
que eran bastante en vano.


Se consideraba feo
y no asomaba ni un pelo
aunque fuera su anhelo;
No estaba en apogeo
el hipócrita y reo,
porque repleto de granos,
los que no eran muy llanos,
lo hacían ocultarse,
pues quería operarse
desde los pies a sus manos.


Nunca se comunicaba
con nadie, ni su mentor,
sabiéndose un perdedor;
Y solamente buscaba
aislarse...¡no la prestaba!
Mujeres no conocía
para saciar su fantasía,
jamás había tocado...
¡Bueno, ya saben!, Picado
algo que diera alegría.


Un día viendo en su casa
encontró unos papeles
ocultos entre unas pieles,
y sentado en la terraza,
¡Parecía una masa!,
leyendo uno de ellos
hubo en su alma destellos.
Gritó fuerte:_ ¡Un tesoro!
Desde ahora me adoro,
¡Afortunado! ¡Plebeyos!


“El primer hombre que llegue
a punto de cumplir treinta,
y siempre que eso sienta,
tire una moneda y pegue,
tendrá tres deseos. ¡Juegue!
Es la fuente de la vida
que se encuentra perdida,
deberá usted buscarla,
recorrer para hallarla.”
Decía la hoja leída.


El joven salió hacia el mundo,
montañas, praderas y ríos,
-y en su haber calor y fríos-,
cruzaba meditabundo
con un deseo profundo...
Dar con la fuente dichosa
que creía una diosa,
cambiar su imagen horrenda
y lanzar como una ofrenda
una moneda virtuosa.


Varios meses tomó el viaje
dando con su paradero.
Allí estaba el agujero
leído en el mensaje.
¡Llegar todo un coraje!
Ni un centavo en su bolsillo
tenía al llegar... el pillo;
Y en su desesperación
encontró una porción
de algo que irradiaba brillo.


Era un chanchito alcancía
y una moneda en su panza,
que fue la esperanza
iluminando su día.
Tomó lo que contenía
y lo arrojó al espacio;
Se acercó al hoyo despacio,
y de espaldas a la fuente
los deseos pensó urgente
invocando a San Ignacio.


_ Deseo verme atractivo,
rodearme de mujeres
y viajar, si eso pudieres.
Dando al objetivo
fue un momento decisivo.
Se sentó para esperar
sin la vista levantar,
y a los pocos instantes...
¡Puff! Luces impresionantes
lo hicieron ilusionar.


Elevando su mirada,
en él nada había cambiado,
pero vio a su costado
terrible alborotada
en el medio de la nada.
Cubriendo el panorama,
automóvil de alta gama,
y mujeres alrededor
admirando su motor.
¡¡El chanchito hizo la fama!!

Ángel César Cocuzza.
jjajjajajajjajajaja muy divertida tu poesía,pobre se quedó con las ganas de verse lindo jajjajaj,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 

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