Yolvi Efrain Cauro Mendes
Miembro Conocido
LLANTO Y AGONÍA
  
Las luces lacerantes caminan por el cielo,
se esfuman con el aire; inertes, exiliadas...
Se mueren por tristezas que atrapan las miradas
de gente sin mañana que vaga sin consuelo.
  
Parado en una esquina detallo un triste duelo:
el viento gime estoico las postreras ventadas,
te acuerdas mujer frágil las verdes alboradas...
y quiebra su peciolo, meciéndola el riachuelo.
  
Tu sabes del camino ¡mas no te desanimes!
que yo... que tengo vida, me entrego a la apatía,
taladro hasta en los tuétanos las dudas a cincel.
  
Por ti, cariño mío, me abrigo de osadía
en esta heredad triste, con el sabor a hiel,
y en este merodeo de llanto y agonía.
   
Yolvi Efraín Cauro Méndez.
2 de enero de 2015
								Las luces lacerantes caminan por el cielo,
se esfuman con el aire; inertes, exiliadas...
Se mueren por tristezas que atrapan las miradas
de gente sin mañana que vaga sin consuelo.
Parado en una esquina detallo un triste duelo:
el viento gime estoico las postreras ventadas,
te acuerdas mujer frágil las verdes alboradas...
y quiebra su peciolo, meciéndola el riachuelo.
Tu sabes del camino ¡mas no te desanimes!
que yo... que tengo vida, me entrego a la apatía,
taladro hasta en los tuétanos las dudas a cincel.
Por ti, cariño mío, me abrigo de osadía
en esta heredad triste, con el sabor a hiel,
y en este merodeo de llanto y agonía.
Yolvi Efraín Cauro Méndez.
2 de enero de 2015
								
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