Carlos Ariel Albornoz
Miembro Conocido
PARDO, NUESTRO PERRO
Buscador de tesoros enterrados,
él nos roba un anquito y la sonrisa,
los ladridos despiertan esa brisa
que es conciencia en un mundo de alienados.
Dos colmillos asoman afilados,
una sombra en sus ojos se desliza:
¡la mirada parece ser sumisa
en los perros que son abandonados!
Ha nacido en las márgenes del río
con arrullos de moscas y humedad,
fue su cuna un precario tronco umbrío.
Lo adoptamos y habita la oquedad,
su rescate pagamos al estío
¡descontando a la vida, vanidad!
Carlos Ariel Albornoz

Buscador de tesoros enterrados,
él nos roba un anquito y la sonrisa,
los ladridos despiertan esa brisa
que es conciencia en un mundo de alienados.
Dos colmillos asoman afilados,
una sombra en sus ojos se desliza:
¡la mirada parece ser sumisa
en los perros que son abandonados!
Ha nacido en las márgenes del río
con arrullos de moscas y humedad,
fue su cuna un precario tronco umbrío.
Lo adoptamos y habita la oquedad,
su rescate pagamos al estío
¡descontando a la vida, vanidad!
Carlos Ariel Albornoz
