Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Quitaste a la pasión toda su llama,
robaste a mi ilusión todo el anhelo,
pusiste en mi visión un tosco velo,
haciendo un panteón de nuestra cama.
Allí yace dormido el amor mío,
en un sueño sumido, en el descanso
eterno del olvido. ¡Cuán es manso
aquél que siempre ha sido furia y brío!
Mas no importa ya nada, ya es pasado
aquella madrugada. Y sé la fecha.
Estabas tú tumbada a mi derecha,
estando a la alborada al otro lado.
- ¡Imposible! -. Dijiste. - ¿Cómo ha sido? -.
Me reí. Pero hoy, triste, no lo olvido.
robaste a mi ilusión todo el anhelo,
pusiste en mi visión un tosco velo,
haciendo un panteón de nuestra cama.
Allí yace dormido el amor mío,
en un sueño sumido, en el descanso
eterno del olvido. ¡Cuán es manso
aquél que siempre ha sido furia y brío!
Mas no importa ya nada, ya es pasado
aquella madrugada. Y sé la fecha.
Estabas tú tumbada a mi derecha,
estando a la alborada al otro lado.
- ¡Imposible! -. Dijiste. - ¿Cómo ha sido? -.
Me reí. Pero hoy, triste, no lo olvido.
