Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Serás mi dulce enfermera,
quien acaricie mi frente
cuando la tenga caliente
por la fiebre que me altera.
Y en esa ocasión postrera,
cuando la Parca lo pida,
serás la mano que unida
a la mía me dé aliento
para enfrentarme al momento
más principal de mi vida.
¡Chiquilla sin esperanzas,
contemplarás con tus ojos
los miserables despojos,
no escucharás mis romanzas.
Conocerás mis andanzas
con otras muchas mujeres
y sabrás de mis placeres
mas no los disfrutarás.
Llegaste tarde, sin más,
para gozar mis quereres.
Eres buena, eres hermosa,
la más bella del jardín.
Pero te encontré en mi fin,
linda carita de rosa.
¡Es tan tremenda la cosa
que me da rabia sin par!
¿Por qué te cruzó el azar
al final de mi camino?
¡Son caprichos de un Destino
travieso y muy peculiar!
quien acaricie mi frente
cuando la tenga caliente
por la fiebre que me altera.
Y en esa ocasión postrera,
cuando la Parca lo pida,
serás la mano que unida
a la mía me dé aliento
para enfrentarme al momento
más principal de mi vida.
¡Chiquilla sin esperanzas,
contemplarás con tus ojos
los miserables despojos,
no escucharás mis romanzas.
Conocerás mis andanzas
con otras muchas mujeres
y sabrás de mis placeres
mas no los disfrutarás.
Llegaste tarde, sin más,
para gozar mis quereres.
Eres buena, eres hermosa,
la más bella del jardín.
Pero te encontré en mi fin,
linda carita de rosa.
¡Es tan tremenda la cosa
que me da rabia sin par!
¿Por qué te cruzó el azar
al final de mi camino?
¡Son caprichos de un Destino
travieso y muy peculiar!