Agua Mar
Miembro Conocido

Al mundo de sus muñecas
me invitó a jugar muy fresca.
Merendamos pastel de fresa,
un batido de frambuesa
y con poco imaginar
de su reino fui juglar.
La niña, la más hermosa
lleva un vestido de rosa,
zapatitos de charol
y una diadema de amor
inocente, dulce y puro,
de esos que se hacen anhelos
en los años venideros.
Entre traguitos de té
me regala su sonrisa.
Le doy gracias a la vida
que me permite jugar
con la luz de la alegría.
Entonces una emoción
baila libre en el corazón,
es mi niña hecha de amor
que me pide (sin nadie decirle)
un besiño en la mejilla.
alec
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