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Tu llegada

Llegaste como luz de la mañana
a darme tu fulgor límpido y claro,
el mismo que de mi alma no separo
porque siento el cobijo de su albura.
Y así voy caminando en el sendero
muy cerca de tu imagen fervorosa,
que tiene la virtud esplendorosa
de ser la que mitiga mi amargura.

Me das con tu cariño el aliciente
que mueve gratamente mis anhelos
y acaba mis desdichas y desvelos
y su virtud a mi dolor mitiga.
Por eso yo te quiero dulce amada,
Joyel que al corazón llevo prendido,
por eso, con mi espíritu encendido,
le pido a Dios que siempre te bendiga.
 
Última edición:
Llegaste como luz de la mañana
a darme tu fulgor límpido y claro,
el mismo que de mi alma no separo
porque siento el cobijo de su albura.
Y así voy caminando en el sendero
muy cerca de tu imagen fervorosa,
que tiene la virtud esplendorosa
de ser la que mitiga mi amargura.

Me das con tu cariño el aliciente
que mueve gratamente mis anhelos
y acaba mis desdichas y desvelos
y su virtud a mi dolor mitiga.
Por eso yo te quiero dulce amada,
Joyel que al corazón llevo prendido,
por eso, con mi espíritu encendido,
le pido a Dios que siempre te bendiga.
VÍCTOR

¡Qué románticos versos!

Un fortísimo abrazo
amigo poeta,

Guillermo.
 

Azalea Diaz

Miembro Conocido
Llegaste como luz de la mañana
a darme tu fulgor límpido y claro,
el mismo que de mi alma no separo
porque siento el cobijo de su albura.
Y así voy caminando en el sendero
muy cerca de tu imagen fervorosa,
que tiene la virtud esplendorosa
de ser la que mitiga mi amargura.

Me das con tu cariño el aliciente
que mueve gratamente mis anhelos
y acaba mis desdichas y desvelos
y su virtud a mi dolor mitiga.
Por eso yo te quiero dulce amada,
Joyel que al corazón llevo prendido,
por eso, con mi espíritu encendido,
le pido a Dios que siempre te bendiga.
Hermoso poema, poeta!! Un aplauso. Feliz año 2020.
 

Alejo

Miembro Conocido
Llegaste como luz de la mañana
a darme tu fulgor límpido y claro,
el mismo que de mi alma no separo
porque siento el cobijo de su albura.
Y así voy caminando en el sendero
muy cerca de tu imagen fervorosa,
que tiene la virtud esplendorosa
de ser la que mitiga mi amargura.

Me das con tu cariño el aliciente
que mueve gratamente mis anhelos
y acaba mis desdichas y desvelos
y su virtud a mi dolor mitiga.
Por eso yo te quiero dulce amada,
Joyel que al corazón llevo prendido,
por eso, con mi espíritu encendido,
le pido a Dios que siempre te bendiga.
Hermoso poema, Víctor. Un fortísimo abrazo, amigo.
 

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