EN FRACCIÓN DE UN MINUTO
Cómo no comprender tu álgido dolor
lacerante y execrable que irrumpió tus gracejos,
si tus hombros, ahora, con sus rastros bermejos
soportan, entre tantas, la condena mayor.
No poder respirar, no tener el valor
de cruzar la cascada como vuelan vencejos
en esas...