¿Quién fue a mi tumba descalza
y esparció flores secas?
Sus lágrimas las regaba
sin esperanza ni meta,
solo repetía mi nombre
y maldecía mi lápida funesta.
Que alguien hubo en mi vida
que de menos me echará
que es la egoísta desgracia,
la que a mi vera florece,
la que conmigo perece
sin otro...
Hay personas que les falta algo en su interior que los que nos consideramos normales nunca llegaremos a comprender.
Una excelente prosa sobre este grave problema.
Mis aplausos
El mundo siempre a sido así, pero ahora somos más conscientes de ello. Es penoso.
Triste y contundente denuncia de una realidad que a todos nos aplasta.
Un abrazo amigo