Penas del alma
Necesitaba tu cuerpo,
tus caricias y tus besos,
cegada de sueños furtivos
se nublaron los silencios,
se perdieron los dolores
y las noches de resistidos rubores.
Atormentada por tu bruno corazón,
sucumbió el amor,
se encerraron los requiebros,
entre la noche oscura y los soles...