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“el templo de los recuerdos”.

“EL TEMPLO DE LOS RECUERDOS”.



Hoy me dio por entrar al cuartucho de trebejos.
Los goznes y el candado estaban ya oxidados.
Prueba, de que por el tiempo han sido olvidados
aquellos objetos, que ya se consideran viejos.

Recorrí su interior con la mirada en lo que había
y un dejo de tristeza, profunda…, me invadió.
¿Cómo fue posible que todo eso hasta aquí llegó
cada objeto que fue de utilidad, ayer y día tras día?

¡Pero, cuántas cosas hay en el bote de la tapa oscura!
Otras más, en el mueble sin terminar ¡Qué tontería!
El martillo y la garlopa que se usó en carpintería,
con varios objetos, quizás, para otro son ya basura.

Hasta la radio que aún funcionaba esta arrumbada,
dentro de una caja de madera que sirvió de estuche,
Es ya contenedor para papeles y figuras de peluche.
¡Y, qué ingratitud! Mi guitarra, también abandonada

A más de mi guitarra, en el rincón opuesto se miraba
el mueble, donde se arrumbaron los recuerdos míos.
Aquéllos, cuando intenté integrarme a algunos tríos,
y entre cancioneros…, el método de Hilarión Eslava.

Parece de tango, canción, historia o novela su proemio,
porque encontré hojas, con apuntes de canciones mías,
que al intentar cantarlas, recuerdo cuando me decías
“oye flaco”, creo que tu sueño es ser algún día bohemio.

Todo eso animó a pulsar mi fiel guitarra, ahí olvidada.
Debo confesar, que al momento, mis ojos lloriquearon.
Interpreté canciones, que en sus cuerdas se escucharon,
y el pago que le di, dejándola aquí, sola y empolvada.



Musité inspirado trozos de aquellas canciones del antaño,
y recordé los bellos tiempos que marca cada melodía.
Traen recuerdos del ayer y no deben sepultarse algún día.
Porque cada canción, es tema de romance y cura un daño.

¡Desde hoy! Este lugar, pese a mis esfuerzos lerdos,
dedicaré con gran cuidado, como penitencia por cumplir.
Con casi todos esos objetos aprendí a crecer y a vivir,
y, lo nombraré: “EL TEMPLO DE TODOS MIS RECUERDOS”.


Autor: Rafael Calderón Negrete. (Puebla, México)
Seudónimo: Jurcan Uriarte Pontleca.
20/04/2017 Derechos de Autor Reservados.©
 
“EL TEMPLO DE LOS RECUERDOS”.



Hoy me dio por entrar al cuartucho de trebejos.
Los goznes y el candado estaban ya oxidados.
Prueba, de que por el tiempo han sido olvidados
aquellos objetos, que ya se consideran viejos.

Recorrí su interior con la mirada en lo que había
y un dejo de tristeza, profunda…, me invadió.
¿Cómo fue posible que todo eso hasta aquí llegó
cada objeto que fue de utilidad, ayer y día tras día?

¡Pero, cuántas cosas hay en el bote de la tapa oscura!
Otras más, en el mueble sin terminar ¡Qué tontería!
El martillo y la garlopa que se usó en carpintería,
con varios objetos, quizás, para otro son ya basura.

Hasta la radio que aún funcionaba esta arrumbada,
dentro de una caja de madera que sirvió de estuche,
Es ya contenedor para papeles y figuras de peluche.
¡Y, qué ingratitud! Mi guitarra, también abandonada

A más de mi guitarra, en el rincón opuesto se miraba
el mueble, donde se arrumbaron los recuerdos míos.
Aquéllos, cuando intenté integrarme a algunos tríos,
y entre cancioneros…, el método de Hilarión Eslava.

Parece de tango, canción, historia o novela su proemio,
porque encontré hojas, con apuntes de canciones mías,
que al intentar cantarlas, recuerdo cuando me decías
“oye flaco”, creo que tu sueño es ser algún día bohemio.

Todo eso animó a pulsar mi fiel guitarra, ahí olvidada.
Debo confesar, que al momento, mis ojos lloriquearon.
Interpreté canciones, que en sus cuerdas se escucharon,
y el pago que le di, dejándola aquí, sola y empolvada.



Musité inspirado trozos de aquellas canciones del antaño,
y recordé los bellos tiempos que marca cada melodía.
Traen recuerdos del ayer y no deben sepultarse algún día.
Porque cada canción, es tema de romance y cura un daño.

¡Desde hoy! Este lugar, pese a mis esfuerzos lerdos,
dedicaré con gran cuidado, como penitencia por cumplir.
Con casi todos esos objetos aprendí a crecer y a vivir,
y, lo nombraré: “EL TEMPLO DE TODOS MIS RECUERDOS”.


Autor: Rafael Calderón Negrete. (Puebla, México)
Seudónimo: Jurcan Uriarte Pontleca.
20/04/2017 Derechos de Autor Reservados.©
RAFAEL

¡Qué maravilloso cofre de recuerdos!

Un fortísimo abrazo,

Guillermo.
 

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