Blanca Hernandez
Miembro Conocido
Repito por si alguien no lo sabe,fui corredora de comercio,
con ropa de niños por muchos años, de eso me jubilé...
Cierto día entré a un comercio en la ciudad de Colonia,
me dirigí al mostrador y pregunté por el encargado de
compras, una chica me señaló a un señor que me atendería.
El caballero tenía buen porte, ojos claros, y algunas canas
era como decimos, algunas mujeres, un veterano churro.
Me presenté con corrección y fluidamente expresé el orden
de mi visita, él me indicó un mostrador, donde miraría las
muestras, le mostré la mercadería, mientras les mostraba
los precio precios, él hablaba poco y no hacía comentarios,
simplemente me miraba con displicencia, que yo que me
sentía segura en mi metiere, me ponía nerviosa.
Había pasado unos veinte minutos y cuando yo pensaba
que me iba comprar mercadería me dijo...
--Mire señorita, la verdad que de mercadería estoy cubierto,
déjeme el teléfono o pase nuevamente más adelante.--
Empecé con un poco de desaliento a guardar todo, le
entregué mi tarjeta con el teléfono, y me despedí.
Ya me iba cuando el señor me llamo diciéndome
--Mire le doy mi tarjeta y usted me llama dentro de diez días.
Mas tarde tomando un café, busqué la tarjeta para anotar
el teléfono en mi agenda, al mirarla solamente había unas letras
que decían....
--- mercadería no preciso, pero a ti te compraría entera,
--ponedle precio--
Primero sentí estupor, luego rabia, luego hasta sonreí
pensando que aquél hombre tan serio, tenía sus bemoles....
Escribí unas letras en un papel, terminé mi café y volví
al comercio, cuando me vio quedó libido, le extendí el papel
diciendo --me olvidé de dejarle la lista de precios.
El papel decía--Gracias por la oferta, pero gracias a Dios
ya tengo dueño, quién me compró con amor y una libreta
hace muchos años, de lo cuál estoy muy conforme.
Fin
con ropa de niños por muchos años, de eso me jubilé...
Cierto día entré a un comercio en la ciudad de Colonia,
me dirigí al mostrador y pregunté por el encargado de
compras, una chica me señaló a un señor que me atendería.
El caballero tenía buen porte, ojos claros, y algunas canas
era como decimos, algunas mujeres, un veterano churro.
Me presenté con corrección y fluidamente expresé el orden
de mi visita, él me indicó un mostrador, donde miraría las
muestras, le mostré la mercadería, mientras les mostraba
los precio precios, él hablaba poco y no hacía comentarios,
simplemente me miraba con displicencia, que yo que me
sentía segura en mi metiere, me ponía nerviosa.
Había pasado unos veinte minutos y cuando yo pensaba
que me iba comprar mercadería me dijo...
--Mire señorita, la verdad que de mercadería estoy cubierto,
déjeme el teléfono o pase nuevamente más adelante.--
Empecé con un poco de desaliento a guardar todo, le
entregué mi tarjeta con el teléfono, y me despedí.
Ya me iba cuando el señor me llamo diciéndome
--Mire le doy mi tarjeta y usted me llama dentro de diez días.
Mas tarde tomando un café, busqué la tarjeta para anotar
el teléfono en mi agenda, al mirarla solamente había unas letras
que decían....
--- mercadería no preciso, pero a ti te compraría entera,
--ponedle precio--
Primero sentí estupor, luego rabia, luego hasta sonreí
pensando que aquél hombre tan serio, tenía sus bemoles....
Escribí unas letras en un papel, terminé mi café y volví
al comercio, cuando me vio quedó libido, le extendí el papel
diciendo --me olvidé de dejarle la lista de precios.
El papel decía--Gracias por la oferta, pero gracias a Dios
ya tengo dueño, quién me compró con amor y una libreta
hace muchos años, de lo cuál estoy muy conforme.
Fin
