Borboleta
Miembro Conocido

Perdiendo la fe
Hay instantes que dejo de creer en mí, que pierdo la fe en mí misma, cuando los días los encuentro inundados de polvos de tropiezos, de pasos inciertos y abatimientos que se articulan en lo extenso del día, que parece interminable y agudiza su ingravidez.
Por momentos quisiera apretar los ojos y volverme ciega para quedarme quieta y no pronunciar palabra, escuchar sólo el eco del alma con esa voz apacible que calla los gritos que me aturden, que silencia los pasos de los recuerdos, que detiene el paso del tiempo y me regala tranquilidad, que equilibra mis pensamientos y me da consuelo.
Vienen soplos de tiempo en los que pierdo la fe y me aturde el silencio, se convierte en el lenguaje sutil que se inocula en los pensamientos y sondea la fragilidad del alma, vienen otros que se vuelven invencibles y edifican muros en el desierto.
Lo cierto es... Que he de terminar los días con las convicciones esparcidas en mis dedos y la fe circulando en cada uno de mis pasos.
D.R.A. 270514 (EBA ROMA)
Serie “siluetas”… No. 28
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