Carmen Roldán
Miembro Conocido
Junto a una taza husmearte de café, inhalo su aroma. Sorbo a sorbo saboreo su buen sabor. Mientras miro por mi ventana; el embeleso de éste bello atardecer: con sus colores, naranjados y azules que se va perdiendo junto el amarillento Sol, por la lejana línea horizontal, donde se juntan el cielo con la tierra. Y poco a poco, la noche aparece con la brisa llena de olores de primavera.
Los recuerdos, empujan a mi corazón y la razón me advierte que no es bueno remover lo que hace tiempo duerme.
Vuelvo a tomar un sorbo de café y en el silencio, la soledad me abruma.
Sin querer, aquella historia de amor vuelve a tocar mi alma. Incitando a reconstruir las ruinas de aquellos cimientos, caídos por la dejadez y la costumbre de dos corazones perdidos por el camino del desamor.
La razón me vuelve a advertir que no es bueno remover el pasado. El corazón empezó a discutir con ella y mi pensamiento les aplacó. Pues solo había surgido la parte buena y bella de ésta historia de amor. Ya que no fue todo malo ni bueno. Solo fue amor que fui tomando poco a poco la pasión que me brindó. Dejando su aroma en el alma, su sabor en mis labios y en mi corazón su recuerdo.
Y yo…con el último sorbo de café cierro mis ojos y me dejo llevar por los rincones favoritos de aquel amor, con sus buenos recuerdos. Con el alma satisfecha de haber amado con todo mi corazón.
Pues amar es tan sublime que vale la pena llorar por haber amado. Que conocer la tristeza de no haber sido nunca tocado por el amor.
Y como nada es perpetuo en la vida, el amor también acabó, quedando en el recuerdo. Como la taza de buen café que degusté poco a poco de su buen aroma, en aquel atardecer que se fue acabando, mientras llegaba la noche.
Esta noche que, mi soledad ya no es tan grande, la razón y el corazón están en armonía y mi pensamiento, solo se quedó con los buenos momentos de ésta historia de amor. Ese amor que entra poco a poco en mi sueño, con la brisa llena olores de aquella primavera.
Autora: Carmen Roldán Gutiérrez- España.27/06/2016 Reservados los derechos de autor.
Los recuerdos, empujan a mi corazón y la razón me advierte que no es bueno remover lo que hace tiempo duerme.
Vuelvo a tomar un sorbo de café y en el silencio, la soledad me abruma.
Sin querer, aquella historia de amor vuelve a tocar mi alma. Incitando a reconstruir las ruinas de aquellos cimientos, caídos por la dejadez y la costumbre de dos corazones perdidos por el camino del desamor.
La razón me vuelve a advertir que no es bueno remover el pasado. El corazón empezó a discutir con ella y mi pensamiento les aplacó. Pues solo había surgido la parte buena y bella de ésta historia de amor. Ya que no fue todo malo ni bueno. Solo fue amor que fui tomando poco a poco la pasión que me brindó. Dejando su aroma en el alma, su sabor en mis labios y en mi corazón su recuerdo.
Y yo…con el último sorbo de café cierro mis ojos y me dejo llevar por los rincones favoritos de aquel amor, con sus buenos recuerdos. Con el alma satisfecha de haber amado con todo mi corazón.
Pues amar es tan sublime que vale la pena llorar por haber amado. Que conocer la tristeza de no haber sido nunca tocado por el amor.
Y como nada es perpetuo en la vida, el amor también acabó, quedando en el recuerdo. Como la taza de buen café que degusté poco a poco de su buen aroma, en aquel atardecer que se fue acabando, mientras llegaba la noche.
Esta noche que, mi soledad ya no es tan grande, la razón y el corazón están en armonía y mi pensamiento, solo se quedó con los buenos momentos de ésta historia de amor. Ese amor que entra poco a poco en mi sueño, con la brisa llena olores de aquella primavera.
Autora: Carmen Roldán Gutiérrez- España.27/06/2016 Reservados los derechos de autor.
