Amadís
Miembro Conocido
Y mataron al hombre, no al poeta,
en ese trágico y maldito día
tu voz callaron, no tu poesía
que penetró en mi pecho cual saeta.
Tu persona de sueño y duende inquieta
tan plena de dulzura y gallardía,
encerrada la guardo en mi abadía
que con tus versos mágicos se aquieta.
Tu muerte nos dejó tantos pesares
que aún perdura tu recuerdo ahora;
mas te fuiste soñando en otros lares
jinete meditando tras la aurora
una noche de luna entre olivares...
Y en el Parnaso tu lucero mora.
en ese trágico y maldito día
tu voz callaron, no tu poesía
que penetró en mi pecho cual saeta.
Tu persona de sueño y duende inquieta
tan plena de dulzura y gallardía,
encerrada la guardo en mi abadía
que con tus versos mágicos se aquieta.
Tu muerte nos dejó tantos pesares
que aún perdura tu recuerdo ahora;
mas te fuiste soñando en otros lares
jinete meditando tras la aurora
una noche de luna entre olivares...
Y en el Parnaso tu lucero mora.
Adjuntos
-
10.7 KB Vistas: 24
Última edición: